Antes de comenzar cada día tienes una cita prioritaria e
insustituible con Dios, con el creador eterno del universo y nuestro Padre
celestial.
“Buscad al Eterno
Dios, mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto
que está cercano”
Isaías 55:9
Es por ello, que necesitas apartar un tiempo específico cada mañana (si
es posible en la quietud de la madrugada) para que recibas su enseñanza
personalizada por medio de la reflexión de su Palabra.
“Oídme atentamente,
y comed del bien,
y se deleitará
vuestra alma con grosura”
Isaías 55:7
En la cita prioritaria e insustituible con Dios, es donde tu
espíritu percibirá su voz clara y directa capaz de producir transformaciones
profundas en las diversas áreas de tu vida.
“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve
allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al
que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no
volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en
aquello para que la envié”
Isaías 55:10-11
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón”
Hebreos 4:12
Al oír atentamente
la voz de Dios por medio de la reflexión bíblica y la oración se producen los
resultados siguientes:
Iluminación interior.
La acción iluminadora del Espíritu Santo invade y satura los rincones
oscuros de la mente, produciendo así convicciones firmes en la realidad de Dios
manifestada en Jesucristo, convicciones en el contenido de la revelación bíblica,
discernimiento para saber aplicar la enseñanza de Dios en cada circunstancia de
la vida y sabiduría para proceder.
Ubicación en el
contexto profético.
La enseñanza bíblica nos sitúa en el contexto profético confirmado por
nuestro Señor Jesucristo; nos hace ver con claridad que estamos viviendo en los
tiempos previos a su inminente regreso.
Paz y gozo interior.
El hecho de estar convencidos de las verdades bíblicas y de su
cumplimiento completo en nuestras vidas, produce en nosotros paz, aun en medio
de las adversidades más crudas que se nos presenten; además, produce gozo al
tener la certeza de que la presencia activa de Dios nos envuelve en todo
momento.
Enfoque en las
prioridades correctas.
El conocimiento de la voluntad de Dios revelada en la Biblia, nos
motiva a alejarnos con espontaneidad de todo estorbo que nos impida obedecerla;
así como también a difundir sus enseñanzas por todos los medios y con todos los
recursos posibles.
Productividad.
Cuando la semilla de la Palabra de Dios es sembrada en nuestro
interior, hace de nosotros árboles fructíferos en todo lugar, viviendo entonces
para el propósito fundamental de nuestra existencia... ¡Dar frutos para Dios!
EL MAYOR TESORO.
¡El único que perdura a través de los
siglos!
“El cielo y la
tierra pasarán, pero mi palabra no pasará”
Lucas 21:33
Sin duda alguna que impregnarse de la enseñanza de Dios, es una
experiencia superlativa en la vida del cristiano; se descubre que no existe mayor
tesoro sobre la tierra que pueda compararse. Es entonces cuando se comprende
aquella exhortación que hace nuestro Señor Jesucristo:
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín
corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan”
Mateo 6:19-20
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la
tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor,
diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para
salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.