Dios nos comunica sus palabras reveladas en la Biblia para que la
transmitamos hasta donde sea posible; es nuestra responsabilidad fundamental.
“Si alguno habla,
hable conforme a la Palabra de Dios”
1 Pedro 4:10
“Porque
así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las
gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
De ahí que es importante mantener atención a su contenido, no solamente
para saber lo que hemos de transmitir, sino también para que comprobemos si
existe coherencia entre lo que decimos y hacemos. De nada nos sirve decir que
somos creyentes si no concuerda con lo que enseñamos.
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no
tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están
desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de
vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas
que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no
tiene obras, es muerta en sí misma”
Santiago 2:14-17
¡Que el Espíritu Santo nos ayude a
ser coherentes con la misión encomendada!
En nuestras fuerzas somos incapaces, ya lo descubrimos; es por eso, que
agregado al estudio de la Palabra de Dios, necesitamos invertir tiempo en la oración
para que los frutos del Espíritu Santo se manifiesten con espontaneidad a través
nuestro.
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza”
Gálatas 5:22-23
Al ser testigos del poder transformador de Dios transmitiremos con
espontaneidad y coherencia el mensaje recibido.
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la
tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor,
diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para
salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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