El REINO ETERNO de Dios es una realidad que está más allá de todo lo temporal
y terrenal. Un REINO que se encuentra más allá de las fronteras del universo. “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad,
y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad...” Isaías 57:15. Un Reino con leyes eternas, rectas y justas;
las cuales están todas reveladas en la Biblia. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y
útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. 2 Timoteo 3:16. Un REINO que se hizo visible en la persona
de nuestro Señor Jesucristo demostrándolo con la autoridad que tiene sobre todo
principado satánico, la enfermedad, la muerte y la naturaleza. “... y cuál la
supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la
operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los
muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no
sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo
sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su
cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. Efesios 1:19-23. Un REINO del que hemos llegado a formar
parte todos aquellos que hemos creído en Jesucristo como nuestro mesías,
nuestro Señor y Salvador; un REINO dentro del cual todos los creyentes somos
“reyes” y “sacerdotes”. “y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los
muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de
nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su
Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.” Apocalipsis 1:5-6. Un REINO
que no está circunscrito a una nación específica sino a todas las naciones de
la tierra que creen en él. “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque
todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya
no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque
todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo,
ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. Gálatas 3:27-29. Un REINO que en la actualidad está creciendo
junto a la cizaña de la maldad, pero que jamás prevalecerá contra él. “Y
les dijo Jesús: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy
potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y
nada os dañará”. Lucas 10:18-19.
Vendrá el tiempo cuando
Dios establezca su REINO ETERNO junto a sus elegidos, cuando se cumpla Daniel
7:18. “Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y
poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre”;
cuando en la gran tribulación irrumpa con su segunda venida para juzgar al
mundo por la maldad reinante ocasionada por Satanás y sus ángeles. Cuando eso
suceda, entonces Dios creará los “cielos nuevos y tierra nueva”, donde la vida
será eterna, plena y completa. “Pero el día del
Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande
estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras
que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y
apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos,
encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán. Pero nosotros esperamos, según sus
promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por
lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia
ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz”. 2 Pedro 3:10-14. Son cambios radicales que retan nuestra
lógica; pero si Dios lo reveló y prometió, así será...
No lo olvides...
Eres ciudadano (a) del
Reino de Dios. Ten la plena certeza que lo eres.
“Mas nuestra
ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que
sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede
también sujetar a sí mismo todas las cosas”. Filipenses 3:20-21.
Eres ciudadano (a) del
Reino de Dios. Dedica tiempo para escuchar la
voz del Rey de reyes (Jesucristo) mediante la reflexión de su Palabra.
Necesitas tener convicción plena de su contenido, la convicción que se trata de
la única fuente de verdad y norma de vida.
“Tu
palabra es verdad”. Juan 17:17.
Eres ciudadano (a) del
Reino de Dios.
Estás en la tierra seguir los pasos de nuestro Señor Jesucristo y para
sembrar la semilla de su Palabra. Esa es tu misión prioritaria en la que debes
permanecer siempre fiel; es necesario que te pongas bajo sus órdenes
incondicionales para desempeñarla. “¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su
señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel
siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así” Mateo 24:45-46.
Eres ciudadano (a) del
Reino de Dios. Necesitas mantenerte firme en
medio de toda tribulación y adversidad que se te presente aun hasta las últimas
consecuencias, incluso la muerte. “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y
seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre”. Mateo 24:9.
Eres ciudadano (a) del
Reino de Dios. Necesitas tener la plena certeza
que tienes su cobertura total; manifestada por su protección, respaldo y
provisión. “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En
lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me
pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su
nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque
tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmo 23:1-4.
Eres ciudadano (a) del
Reino de Dios. Por lo tanto, ten la certeza de
su pronto y repentino regreso a la tierra.
Sus señales están a la vista. “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo
del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y
bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el
arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así
será también la venida del Hijo del Hombre” Mateo 24:38-39.
Eres ciudadano (a) del Reino
de Dios. Anhela y espera su regreso así como tu reunión
definitiva con él. “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo
en breve. Amén; sí, VEN, Señor Jesús”. Apocalipsis
22:20.
No lo olvides...
Eres ciudadano (a) del Reino de Dios.
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