lunes, 16 de noviembre de 2015

¿QUE PODRÍA DETENER EL JUICIO DE DIOS?


Todo está listo para que el juicio de Dios se derrame sobre todas las naciones de la tierra; las señales previas son evidentes, están ante nuestros ojos.   Estamos ante los eventos previos que desencadenarán la gran tribulación. “Y todo esto será principio de dolores. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”.  Mateo 24:8-14.    La maldad ha llegado a grado superlativo; y cada acto cometido conlleva consecuencias irreversibles para el mundo.   El ambiente generalizado de maldad en todas sus facetas es un veneno que se ha esparcido en todas partes.

Nadie escapará del juicio de Dios, aun aquellos que durante toda su vida quedaron “impunes” ante la justicia...    aun aquellos que se escudaron en su poder económico e influencia social.   Todo saldrá a la luz ante el trono justo de Dios.   Todas las acciones escondidas serán reveladas. “Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz” Lucas 8:17.   Todo lo que con cuidado se escondió de la vista pública saldrá a la luz.   Será un juicio en el que hasta las acciones de los que ya murieron serán conocidas. “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”. Apocalipsis 20:11-13. Nadie podrá justificarse delante de Dios. Ni aun los muertos...


¿QUE PODRÍA DETENER EL JUICIO DE DIOS?

Lo único que podría detener el juicio de Dios sobre las naciones  es un arrepentimiento genuino y generalizado, comenzando por los gobernantes y los “grandes” de la tierra.   Este es el caso que vemos en la ciudad de Nínive y cuyos principios se pueden aplicar a nuestro contexto. “Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo. Jonás 3.  Arrepentirse es sentir un dolor intenso en lo más profundo del corazón por haber pecado contra Dios, es reconocer que únicamente por medio de Jesucristo se obtiene la amnistía total de toda culpa, es dar un giro radical de vida. Es tener la determinación firme de vivir de acuerdo a las pautas que Dios ha revelado en su Palabra, es no volver atrás. Es mostrar frutos de cambio radical de vida. “¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”. Mateo 3:7-8.    Sin embargo, muchos a pesar de saberlo no proceden al arrepentimiento debido a su conciencia cauterizada por la práctica del pecado. Esa es la actitud que se observa ahora y que se observará en todo el mundo cuando los juicios de Dios arremetan con fuerza. “El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.” Apocalipsis 16:8-11. ¡Terrible! Hasta donde llegará la dureza de los corazones. Ya está escrito que así será.

El tiempo para arrepentirse es hoy...
El tiempo para enderezar los caminos torcidos es hoy...
El tiempo para mostrar frutos dignos de arrepentimiento es hoy...
El tiempo para dejar de ser necios y duros de corazón es hoy...
El tiempo de la amnistía de Dios para todas las naciones de la tierra es hoy...

Tristemente casi nadie está tomando en cuenta el llamado al arrepentimiento.   Muchos saben que estamos viviendo tiempos profetizados, y aun así hay desprecio hacia el mensaje del evangelio.   ¿Qué más se puede hacer si nadie quiere dar pasos de arrepentimiento?   ¿Qué más puede suceder?   ¡LA OPORTUNIDAD ES HOY!   La oportunidad para arrepentirse, la oportunidad para abandonarse bajo la amnistía redentora de nuestro Señor Jesucristo, la oportunidad para inscribirse en “libro de la vida”. “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras...   Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” Apocalipsis 20:12,15.

¡CRISTIANOS TODOS!...
No perdamos la noción de nuestra responsabilidad prioritaria en el mundo.   Sabemos que estamos viviendo tiempos previos a la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.   Sabemos que las señales previas a su venida son más que evidentes.   Sabemos que Dios nos ha puesto precisamente para estos tiempos profetizados.   Seamos como “esas voces que claman en el desierto” llamando al arrepentimiento.   Cumplamos con la misión asignada.   Pongámonos bajo las órdenes incondicionales de Dios para tal propósito.   Recordemos las advertencias claras que nuestro Señor Jesucristo nos hace ahora...

Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”

Lucas 21:34-36.



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