La desolación y la esterilidad espiritual son
consecuencia de una vida independiente de Dios. Este estado continuo de calamidad se produce
al no incluirlo en nuestros proyectos y estilo de vida. Por algo nuestro Señor
Jesucristo nos dice: “... porque
separados de mí nada podéis hacer.” Juan
15:5. No existe ningún
esfuerzo o recurso humano eficaz que nos haga salir de esta condición, sino más
bien produce resultados adversos. Todo
se traduce en un esfuerzo vano con alta dosis de frustración.
¿CÓMO SALIR DE LA DESOLACIÓN Y LA ESTERILIDAD
ESPIRITUAL?
Ø Reconoce ante Dios tu condición actual y tu necesidad
continua de él. “¡Ay de mí!
porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han
rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer...” Miqueas 7:1. Reconoce que separado de él nada puedes
hacer por muchos intentos perseverantes de tu parte.
Ø Abandónate bajo la acción sobrenatural del
Espíritu Santo para que se desarrollen y se reflejen espontáneamente por medio de ti sus frutos. “Mas el fruto
del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza...” Gálatas 5:22-23. El
punto de partida es el amor, el cual es una evidencia del servicio espontáneo a
Dios y al prójimo hasta las últimas consecuencias.
Ø Espera en Dios, pues todo lo que necesitas
urgentemente procede de él. “Dios
da vida y aliento y todo a todos”. Hechos
17:25. Todo lo que necesitas para salir de
la desolación y esterilidad espiritual procede de Dios. Todas tus necesidades espirituales y emocionales
están ante él, quien te las satisface para hacer de ti un canal de bendición
para los demás.
Ø Persevera en la oración; nuestro Señor
Jesucristo nos la presenta como una necesidad diaria. “También les refirió Jesús una parábola sobre la
necesidad de orar siempre, y no desmayar” Lucas
18:1. No desmayes aunque la
respuesta parezca tardar. Invierte
parte de tu tiempo para hacerlo.
Ø Reflexiona en la Palabra de Dios. Será entonces como obtendrás convicciones
firmes en su contenido, la tendrás presente en cada circunstancia y la practicarás
con sabiduría. “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te
persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido
las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por
la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin
de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra.
2 Timoteo 3: 14-17.
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1 comentario:
De mucha ayuda! gracias!
Saludos
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