Eterno Dios:
Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí;
por tu gran ternura, borra mis culpas.
¡Lávame de mi maldad!
¡Límpiame de mi pecado!
3 Reconozco que he sido rebelde;
mi pecado no se borra de mi mente.
Contra ti he pecado, y sólo contra ti,
haciendo lo malo, lo que tú condenas.
Por eso tu sentencia es justa.
Salmo 51, 1-4
Lléname de gozo y alegría;
alégrame de nuevo,
aunque me has quebrantado.
9 Aleja de tu vista mis pecados
y borra todas mis maldades.
Salmo 51, 8-9
Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!,
¡dame un espíritu nuevo y fiel!
Salmo 51,10
Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación;
sosténme con tu espíritu generoso,
13 para que yo enseñe a los rebeldes tus caminos
y los pecadores se vuelvan a ti.
Salmo 51,12-13
Ciertamente Dios te escuchará.
Así será, créelo
Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye. Y así como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido.
1 Jn 5,14-15
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