La búsqueda de Dios es una necesidad continua y espontánea que debería brotar desde lo más profundo de nuestro corazón, al grado tal de sentirnos como "tierra seca" que clama incesantemente por el agua celestial... "Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas" (Salmo 63,1)
¿Cómo se busca a Dios? Básicamente se le busca por medio de la oración diaria y en la reflexión de su Palabra; será en la medida que lo hagamos que experimentaremos en nuestro interior hambre y sed de su presencia. Apartemos un tiempo y un lugar específico para buscarle.
¿Cómo se busca a Dios? Básicamente se le busca por medio de la oración diaria y en la reflexión de su Palabra; será en la medida que lo hagamos que experimentaremos en nuestro interior hambre y sed de su presencia. Apartemos un tiempo y un lugar específico para buscarle.
ALGUNOS BENEFICIOS DE LA BÚSQUEDA DE DIOS
Convicción de su realidad viva y eterna.
Convicción firme de sus enseñanzas y promesas.
Cercanía de su presencia obrando a favor nuestro en todo momento y lugar.
Cambios radicales y espontáneos en nuestra forma de pensar, sentir y proceder.
Deseo de servir al prójimo en sus necesidades.
Deseo espontáneo de compartir su Palabra.
Sabiduría para saber como proceder ante cada decisión y acción a emprender.
Fuerza, valor y determinación para avanzar en medio de toda prueba y tentación.
Consuelo en los momentos de tristeza y soledad.
Gozo en los momentos de prueba.
Paz en los momentos de amenazas y peligros.
Deseo espontáneo de testificar de su Gracia, Misericordia, Poder y Soberanía.
Hay muchos más beneficios que se obtienen al buscar a Dios, y que solo se experimentan cuando tenemos la firme determinación de buscarle. Así nos lo garantiza... "Búsquenme y vivirán" (Am 5,4)
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