El Espíritu Santo nos muestra lo que no podemos alcanzar a comprender y a discernir bajo nuestros parámetros lógicos; así nos lo enseña nuestro Señor Jesucristo... "Pero cuando venga el Espíritu de Verdad, él os guiará a toda Verdad" (Jn 16,13).
Necesitamos someter nuestra mente bajo la iluminación sobrenatural del Espíritu Santo, para que al exponernos a la reflexión de la Palabra de Dios seamos capaces de asimilar su enseñanza, llevarla a la práctica y compartirla con los demás.
ATENCIÓN A LA PALABRA DE DIOS.
Cultivemos diariamente nuestra vida espiritual poniendo atención a la Palabra de Dios; Él quiere hacernos entender su perfecta voluntad, mostrarnos el camino correcto por donde hemos de seguir y recordarnos todo lo que nos ha enseñado... "Te haré entender, y te enseñaré el camino que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos" (Salmo 32,8)
Es necesario que reflexionemos sobre cada aspecto de nuestra vida bajo luz escrutadora de la Palabra de Dios, para que la enfoquemos en la dirección correcta y establezcamos prioridades de acción en el entorno donde vivimos.
"Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino" (Salmo 119,105)
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