A pesar de nuestra imperfecta historia personal y de las consecuencias que generaron nuestras malas decisiones; a pesar de nuestra necia incredulidad, Dios escuchó nuestra oración y decidió bendecirnos más allá de nuestras perspectivas. Es por su Gracia y Misericordia que nos concederá lo que no merecemos recibir.
DIOS DECIDIÓ BENDECIRNOS
Creamos en su promesa fiel
"Desde este día os bendeciré"
Hag 2,19
Dentro de este proceso, es necesario que Dios permita acontecimientos que nos hagan comenzar "desde cero"; para que desde ahí aprendamos a refugiarnos en su Gracia, en su Misericordia, en su Poder y en su Soberanía.
No nos entristezcamos ante el cuadro desesperanzador que ahora nos rodea, no construyamos escenarios deprimentes en el seno de nuestra imaginación, no demos por hechas circunstancias que a lo mejor ni van a pasar; las cosas no sucederán como nosotros las imaginamos, todo será sorpresivamente a la manera de Dios.
Cambiemos nuestro semblante de tristeza y angustia en un semblante de victoria anticipada; justamente en estos momentos, sin que nos percatemos de ello, Dios está preparando todo para levantarnos en el lugar específico y en el tiempo exacto. Su presencia soberana y poderosa se mueve en medio de nuestros acontecimientos con ese propósito, nos está abriendo caminos donde no los hay.
Alegrémonos por lo que Dios hará y avancemos a través de los espacios que él nos abra; será él quien dé la orden para que todos nuestros acontecimientos se subordinen bajo sus propósitos.
Evidencias de sus intervenciones en nuestros acontecimientos tenemos de sobra, razones para dudar no hay...
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Si Dios nos bendice...
Es para que le atribuyamos a él todo el mérito de su acción restauradora sobre nosotros.
Si Dios nos bendice...
NO es para que nos olvidemos de él, ni nos alejemos de sus caminos; es para que andemos según santa voluntad.
Si Dios nos bendice...
Es para que subordinemos lo recibido bajo la misión que nos ha encomendado en el mundo.
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1 comentario:
Amén
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