La Biblia narra como los profetas advertían al pueblo “desde temprano y sin cesar”
sobre los juicios que vendrían como consecuencia de la desobediencia que
deliberadamente practicaban, se les se les exhortaba además a un cambio radical
de vida apegado a los lineamientos divinos; sin embargo, todo el tiempo
hicieron “oídos sordos” a tales
advertencias y exhortaciones.
Aquí tenemos un ejemplo...
“Y envió Dios vosotros todos sus siervos los profetas, enviándoles desde temprano y sin cesar; pero no
oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para escuchar cuando decían: Volveos
ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y moraréis en la
tierra que os dio Dios a vosotros y a vuestros padres para siempre; y no vayáis
en pos de dioses ajenos, sirviéndoles y adorándoles, ni me provoquéis a ira con
la obra de vuestras manos; y no os haré mal”
“Pero no me habéis oído, dice Dios, para provocarme a
ira con la obra de vuestras manos para mal vuestro”
Jeremías 25:4-7
Así
sucede hoy. Se predica la Palabra de Dios desde temprano y cesar en los
púlpitos de las iglesias, en los lugares públicos y en los medios de comunicación;
pero aún así no hay disposición para renunciar al pecado, para arrepentirse y para
vivir de acuerdo a los lineamientos cristianos.
Además, a sus mensajeros se les etiqueta como locos y fanáticos; se les
repudia y se les persigue por ir en contra del sistema legalizado de pecado que
impera sobre la tierra.
Esto ya había sido anunciado por nuestro Señor Jesucristo...
“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;
mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”
Marcos 13:13
VIVIMOS EN TIEMPOS PROFETIZADOS
Tiempos
en los que la maldad rebasó sus límites y está pudriendo al mundo.
Tiempos
en los que supuestos “líderes religiosos”
o “cristianos” alrededor del mundo,
manipulan la Biblia para sacarle provecho a su ambición egoísta y ególatra.
Tiempos
en los que mencionar a “Dios” es una ofensa hacia los que se deleitan en el
pecado.
VIVIMOS EN TIEMPOS PROFETIZADOS...
Tiempos
en que los cristianos hemos de ponernos bajo las órdenes incondicionales de
Dios para difundir por todos los medios posibles el mensaje incorrupto del
Evangelio.
Tiempos
en que los cristianos hemos de “dar la cara” por Jesucristo, e incluso hasta la
vida.
Tiempos
en que hemos de decir las cosas como son, y no como el mundo quiere que se les
diga.
VIVIMOS EN TIEMPOS PROFETIZADOS...
Tiempos
previos a un juicio repentino sin precedentes en la historia de la humanidad.
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen
de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente
sobre vosotros aquel día”
“Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de
toda la tierra”
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de
escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo
del Hombre”
Lucas 21:34-36
--------------.
José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he
puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último
de la tierra”
Hechos 13:47.
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