jueves, 29 de marzo de 2018

LA EXPIACIÓN DE JESUCRISTO.

Es por medio de la expiación de Jesucristo en la cruz que todos los pecados son remitidos, aun sin importar la magnitud y la cantidad de estos. El derramamiento de la sangre de Jesucristo en la cruz es la base fundamental para este perdón definitivo. 

"Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados"
Mateo 26:28


Es por medio de la expiación de Jesucristo que la barrera entre Dios y el hombre es derribada de una vez para siempre.



EL CASTIGO QUE MERECÍAMOS...

El castigo que merecíamos fue asumido por Jesucristo; él tomó nuestro lugar en la cruz para que a cambio fuéramos justificados y liberados de la condenación eterna.

Jesucristo pagó con su muerte de cruz la sentencia condenatoria a la que estábamos atados; ya desde al Antiguo Testamento se vislumbra su acción expiatoria y redentora a favor nuestro.

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas el Dios Eterno cargó en él el pecado de todos nosotros”

Isaías 53:1-6



JESUCRISTO PAGÓ EL PRECIO...

Lo pagó para fuéramos liberados del poder de las fuerzas del mal, de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna.

“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,  ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios”

1 Pedro 1:18-21


“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”

Hebreos 9:11-12



¿CÓMO APROPIARNOS LA EXPIACIÓN DE CRISTO?

Creyendo que Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo para reconciliarnos con él por medio de su sacrificio en la cruz.

“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”

Efesios 2:8-9


Arrepentirnos de nuestros pecados,  y tomando la firme determinación de no volver atrás.

“Porque no he venido a llamar a justos,
sino a pecadores, al arrepentimiento”

Mateo 9:13



AL ABANDONARTE BAJO LA OBRA EXPIATORIA DE JESUCRISTO...

Comenzarás a vivir un proceso en el que todas las áreas de tu vida serán restauradas por su Poder Soberano y su Gracia Misericordiosa.

Dios te pondrá en su plan original, nada te sucederá por accidente, aunque durante el proceso experimentes una serie de “sin sentidos” que con el paso del tiempo comprenderás.

Al abandonarte bajo la obra expiatoria de Cristo tu vida estará 100% garantizada...     ¡No te echarás a perder!

“El Dios Eterno ha apartado tus juicios...
Nunca más verás el mal”

Sofonías 3:15






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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!

“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”

Hechos 13:47.

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