El ejemplo de Jesucristo es
nuestro punto de referencia para una vida fructífera.
“El
que dice que permanece en él,
debe andar como
él anduvo”
1 Juan 2:6
“Porque
ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”
Juan 13:15
Se trata de renunciar a nosotros
mismos para vivir conforme a su voluntad hasta las últimas consecuencias.
“Y
llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera
salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del
evangelio, la salvará”
Marcos 8:34-35
Al confrontarnos con tales exigencias,
nos percatamos lo imposible que es en nuestras fuerzas llevarlas a la práctica;
necesitamos vivir unidos a él, para que su espíritu nos de la capacidad para
hacerlo. ¡Nosotros no podemos! ¡Es
imposible!
“Separados
de mí, nada podéis hacer”
Juan 15:5
Somos incapaces de pensar en
los demás antes que en nosotros mismos; de por sí, somos egoístas e
indiferentes por naturaleza propia. Únicamente la acción sobrenatural de su
Espíritu podrá transformar radicalmente nuestros pensamientos, sentimientos y
motivaciones.
Que importante es poner de
nuestra parte en cultivar constantemente la vida espiritual por medio de la
oración perseverante y la reflexión bíblica.
Necesitamos vaciarnos de nosotros mismos y llenarnos de la presencia de
Dios para que sus frutos se produzcan con espontaneidad.
“Mas
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza”
Gálatas 5:22-23.
NO ES TARDE PARA FRUCTIFICAR.
---------------.
José Alfredo
Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor,
diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para
salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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