Para que
tu vida no se desperdicie, es necesario que tengas siempre en cuenta tres
actitudes básicas...
Fe.
Obediencia.
Consagración.
FE
El punto
de partida es la FE en la obra que Jesucristo hizo a tu favor en la cruz... ¡Creer
en el evangelio!
“Además
os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis
la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano”
1 Corintios 15:1-2
Desecha
todo argumento lógico, doctrina humana o “religiosa” que se contradiga con sus
enseñanzas. No vivir arraigados en la doctrina de Cristo, trae como
consecuencia ruina total en la vida...
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y
huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo, y no según Cristo”
Colosenses 2:8
OBEDIENCIA.
La obediencia
a la Palabra de Dios es el resultado de una fe genuina en sus enseñanzas. No
sirve de nada conocerlas, si no se practican.
“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí
misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin
tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano,
que la fe sin obras es muerta?”
Santiago 2:17-20
Por lo
tanto, es necesario que te alejes para siempre de todas esas interferencias que
están afectando tu comunión con Dios y de su consecuente falta de espontaneidad
para obedecer. (Tú sabes perfectamente cuales son...) ¡La
desobediencia trae consecuencias irreparables!
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais
estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed
también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed
santos, porque yo soy santo”
1 Pedro 1:14-16
Pídele
a Dios que ponga en ti, la firme determinación para vivir conforme a sus
enseñanzas... ¡En tus fuerzas eres incapaz!
“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad
está dispuesto, pero la carne es débil”
Mateo 26:41
CONSAGRACIÓN.
Es entregarse
a Dios sin reservas ni condiciones...
Es ponerse
bajo sus órdenes incondicionales...
Es ofrecerse
a él, para ser un medio de salvación para las personas que te rodean...
Es
vivir para lo que naciste...
Es amoldarte
al modelo y misión de Cristo...
Es vivir
y morir para Dios...
“Y
el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su
vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará”
Mateo 10:38-39
“Porque
ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos,
para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que
vivamos, o que muramos, del Señor somos”
Romanos 14:7-8
Fe.
Obediencia.
Consagración.
Tres
actitudes básicas que traerán grandes beneficios para tu vida presente y venidera... ¡Ciertamente
así, no te desperdiciarás!
---------------.
José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he
puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo
último de la tierra”
Hechos 13:47.
Usa tus redes sociales para ese propósito...
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