domingo, 16 de abril de 2017

AL DUDAR DE LA REALIDAD DE DIOS...


Se pierde la certeza de nuestra ciudadanía celestial...     Nuestra misión sobre la tierra carece de sentido...     Nuestro destino eterno se convierte en una utópica ilusión...     Los espejismos terrenales se convierten en la única razón y meta absoluta de felicidad.



AL DUDAR DE LA REALIDAD DE DIOS...
¡No hay fe!

Nuestra identidad se degrada.
Nuestros pasos de desvían.
Nuestro progreso se estanca.

¡Se pierde el sentido real de la existencia!

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan
Hebreos 11:6.


Una de nuestras constantes tendencias es la incredulidad; a pesar de haber “visto” las intervenciones de Dios en cada circunstancia y haber “oído” con claridad sus enseñanzas, las dudas persisten. ¡Mucho cuidado!

Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos
Hebreos 3:7-10



“YO CREO; AYUDA MI INCREDULIDAD”
Marcos 9:24

Reconozcamos delante de Dios nuestra tendencia a dudar; pidámosle con corazón humilde que nos ayude a creer en todo momento y lugar.

Necesitamos vivir convencidos de la realidad de Dios, de nuestra identidad celestial y de nuestro destino eterno; tal convicción nos impulsará a vivir de acuerdo con las enseñanzas establecidas por nuestro Señor Jesucristo y cumplir con la misión encomendada sobre la tierra.

Al Dios Eterno he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; mi carne también reposará confiadamente; porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre
Salmo 16:8-11





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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!

Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra
Hechos 13:47.

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