Se
pierde la certeza de nuestra ciudadanía celestial... Nuestra misión sobre la tierra carece de
sentido... Nuestro destino eterno se
convierte en una utópica ilusión... Los
espejismos terrenales se convierten en la única razón y meta absoluta de felicidad.
AL DUDAR DE LA REALIDAD DE DIOS...
¡No hay fe!
Nuestra identidad se degrada.
Nuestros pasos de desvían.
Nuestro progreso se estanca.
¡Se pierde el sentido real de la existencia!
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de
los que le buscan”
Hebreos 11:6.
Una de
nuestras constantes tendencias es la incredulidad; a pesar de haber “visto” las
intervenciones de Dios en cada circunstancia y haber “oído” con claridad sus
enseñanzas, las dudas persisten. ¡Mucho cuidado!
“Por
lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis
vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el
desierto, donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras
cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije:
Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos”
Hebreos 3:7-10
“YO CREO; AYUDA MI INCREDULIDAD”
Marcos 9:24
Reconozcamos
delante de Dios nuestra tendencia a dudar; pidámosle con corazón humilde que
nos ayude a creer en todo momento y lugar.
Necesitamos
vivir convencidos de la realidad de Dios, de nuestra identidad celestial y de
nuestro destino eterno; tal convicción nos impulsará a vivir de acuerdo con las
enseñanzas establecidas por nuestro Señor Jesucristo y cumplir con la misión
encomendada sobre la tierra.
“Al
Dios Eterno he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré
conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; mi carne también
reposará confiadamente; porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que
tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay
plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”
Salmo 16:8-11
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he
puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo
último de la tierra”
Hechos 13:47.
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