El eterno creador del universo y el dueño absoluto de todas las cosas se
“vació” de sí mismo para venir a morar JUNTO A nosotros y ser COMO UNO de
nosotros en la persona de nuestro Señor Jesucristo. Vino a morar a “nuestro
barrio” para enfrentar pobreza, sufrimiento, dolor y la más vergonzosa de las
muertes en una cruz. Se trata de una verdad indiscutible de la que hemos de
estar convencidos y guardar para siempre en nuestro corazón... ¡Dios
se hizo hombre!
“Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de
Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz”
Filipenses 2:5-8
“En
el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este
era en el principio con Dios”
Juan 1:1-2
Lo que Dios hizo por ti al hacerse hombre.
Te otorgó el derecho de constituirte en su hijo (a).
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en
su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino
de Dios”
Juan
1:12-13
Te otorgó el perdón de tus pecados al morir en la cruz.
“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión
de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los
pecados, anulando el acta de los
decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz”
Colosenses
2:13-14
Te otorgó la salvación eterna.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna”
Juan
3:16
Te otorgó la ciudadanía celestial.
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino
conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios”
Efesios
2:19
Dos cosas que no has de olvidar...
No se debe a ningún mérito de tu parte; todo se debe a los méritos de la
obra que Jesucristo realizó a tu favor en la cruz.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y
esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se
gloríe”
Efesios
2:8-9.
No hay otro mediador o recurso que te otorgue esta ilimitada bendición. Únicamente
por medio de Jesucristo.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo hombre”
1
Timoteo 2:5.
¿Cómo agradecerle?
No hay palabras ni acciones con qué podamos pagar tan enorme favor; pero
su Espíritu en nosotros nos impulsa a expresarle espontáneamente nuestro
agradecimiento por medio de una vida de obediencia a sus lineamientos y el incontenible
deseo de difundir su enseñanza hacia todos los rincones de la tierra.
“Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del
pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual
fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la
justicia”
Romanos 6:17-18
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PENSEMOS
EN DIOS
@JAlfredoLievano
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