jueves, 24 de noviembre de 2016

ANTE EL ESCENARIO DE LOS PRINCIPIOS DE DOLORES...


Vienen tiempos muy difíciles para el mundo como consecuencia de la maldad deliberada que en él se practica. “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo...   Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. (Lucas 21:10-11; 25-26). Todas estas cosas son preámbulo de tiempos de juicio determinados por Dios, tiempos en los que habrá mucho sufrimiento y dolor; nuestro Señor Jesucristo dice al respecto: “Principios de dolores son estos” (Marcos 13:8).



Ante el escenario de los “Principios de dolores”...

Nos corresponde a los cristianos no permanecer impasibles ante lo que sucede y ante lo que vendrá, nos corresponde doblegar esfuerzos para llamar al arrepentimiento por medio del anuncio del evangelio usando todos los medios posibles a nuestro alcance; además nos corresponde mostrar actitudes solidarias ante las diversas necesidades que surgirán a medida que el tiempo avance.

Los cristianos de esta generación hemos de estar conscientes que estamos viviendo en medio de tiempos profetizados; necesitamos enfocarnos para lo que hemos venido al mundo. Somos los elegidos de “la hora undécima”...     ¡Falta muy poco! Dios está advirtiendo al mundo para que deje la maldad y se convierta de sus malos caminos.



Cristianos de la “hora undécima”:
Oremos a Dios...

Por convicciones firmes en su Palabra.
Por un corazón sensible y solidario ante las necesidades del prójimo.
Por valentía para hacerle frente a la oposición reinante.



¡Vivamos para lo que hemos nacido!
Somos la generación de la hora undécima.

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

Lucas 21:34-36




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José Alfredo Liévano

PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano

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