No tengas miedo ante las diversas circunstancias adversas
que te acontecen; Dios sabe por qué las permite. Nada se sale de su control. Necesitas
tener esa firme convicción ahora.
“Pues tengo por cierto que las
aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que
en nosotros ha de manifestarse.”
Romanos 8:18
“Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios.”
Hechos 14:22
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó
a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de
tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.”
1 Pedro 5:10
Tu tiempo de permanencia en esta tierra es temporal; pues
Dios en su misericordia y su gracia ha tomado la iniciativa de abrirte las
puertas de su Reino por medio de Jesucristo. Tu vida no finaliza en la tierra,
sino que es el lugar donde das el paso definitivo hacia la eternidad. Por lo
tanto, tu visión sobre el futuro debe ser optimista porque no se limita a estas
“cuatro paredes”. ¡Va más allá! Tú no
eres “de aquí”. Si Dios te otorgó la ciudadanía celestial, no te la quitará, pues
lo que “escribió” para ti nadie lo impedirá. Sus planes superan los planes
humanos.
“Así que, recibiendo nosotros un reino
inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole
con temor y reverencia”
Hebreos 12:28
“Mas nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”
Filipenses 3:20
Todo lo que hasta ahora te ha sucedido, incluyendo la
amorosa disciplina de Dios, va encaminado hacia sus propósitos eternos. Él sabe
QUE tratamiento aplicarte y COMO desarrollarlo. Durante todo el trayecto de tu
peregrinar sobre la tierra, él tendrá siempre
el control sobre todos tus acontecimientos, incluso esos que precisamente vives
ahora.
“Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los
que conforme a su propósito son llamados.”
Romanos 8:28
“Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob,
y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío
eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no
te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en
ti.”
Isaías 43:2
“Hijo mío, no
menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por
él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por
hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo
es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de
la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por
otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y
viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a
ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que
participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente
parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de
justicia a los que en ella han sido ejercitados.”
Hebreos 12:5-11
NO OLVIDES QUIEN ERES y HACIA
ADONDE VAS...
Que el entorno terrenal que te rodea no te haga olvidar tu
identidad celestial. Necesitas cuidarte para no perder la noción de QUIEN eres y
hacia DONDE vas. ¿QUE NECESITAS HACER?
Despojarte
de todos los estorbos que te impiden “ver” a Cristo, el autor y consumador de
la fe.
“Por tanto... despojémonos de todo peso y del pecado que
nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos
los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe...”
Hebreos 12:1-2
Mantenerte activo
(a) “invirtiendo” y acumulando tesoros espirituales en el Reino de los Cielos
empleando todos los medios a tu alcance.
“No os hagáis
tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones
minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín
corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Mateo 6:19-20
Permanece
fiel en la labor que Dios te ha encomendado aunque la oposición sea cada vez
mayor.
“Así que,
hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor
siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”
1 Corintios 15:58
Mantente velando
cada día en oración y reflexión bíblica.
“Mas
vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda
como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos
de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino
velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se
embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos
sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza
de salvación como yelmo.”
1 Tesalonicenses 5:4-8
En conclusión...
Necesitas mantener viva la convicción de la REALIDAD ETERNA de
Dios, de la VERACIDAD de sus promesas reveladas en la Biblia, de tu MISIÓN
sobre la tierra, de tu IDENTIDAD celestial y tu DESTINO eterno.
Necesitas mantener tus “ojos” y “oídos” espirituales muy
abiertos.
“Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras
lámparas encendidas”
Lucas 12:35
TWITTER.
@JAlfredoLievano
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