viernes, 15 de abril de 2016

NO OLVIDES QUIEN ERES y HACIA ADONDE VAS...


No tengas miedo ante las diversas circunstancias adversas que te acontecen; Dios sabe por qué las permite. Nada se sale de su control. Necesitas tener esa firme convicción ahora.

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”
Romanos 8:18


“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”
Hechos 14:22


“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.”
1 Pedro 5:10



Tu tiempo de permanencia en esta tierra es temporal; pues Dios en su misericordia y su gracia ha tomado la iniciativa de abrirte las puertas de su Reino por medio de Jesucristo. Tu vida no finaliza en la tierra, sino que es el lugar donde das el paso definitivo hacia la eternidad. Por lo tanto, tu visión sobre el futuro debe ser optimista porque no se limita a estas “cuatro paredes”. ¡Va más allá!  Tú no eres “de aquí”. Si Dios te otorgó la ciudadanía celestial, no te la quitará, pues lo que “escribió” para ti nadie lo impedirá. Sus planes superan los planes humanos.

“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia”
Hebreos 12:28

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”
Filipenses 3:20



Todo lo que hasta ahora te ha sucedido, incluyendo la amorosa disciplina de Dios, va encaminado hacia sus propósitos eternos. Él sabe QUE tratamiento aplicarte y COMO desarrollarlo. Durante todo el trayecto de tu peregrinar sobre la tierra, él tendrá  siempre el control sobre todos tus acontecimientos, incluso esos que precisamente vives ahora.

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Romanos 8:28


Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.”
Isaías 43:2


“Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.”
Hebreos 12:5-11



NO OLVIDES QUIEN ERES  y HACIA ADONDE VAS...

Que el entorno terrenal que te rodea no te haga olvidar tu identidad celestial. Necesitas cuidarte para no perder la noción de QUIEN eres y hacia DONDE vas. ¿QUE NECESITAS HACER?

Despojarte de todos los estorbos que te impiden “ver” a Cristo, el autor y consumador de la fe.

“Por tanto...   despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe...”
Hebreos 12:1-2


Mantenerte activo (a) “invirtiendo” y acumulando tesoros espirituales en el Reino de los Cielos empleando todos los medios a tu alcance.

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Mateo 6:19-20


Permanece fiel en la labor que Dios te ha encomendado aunque la oposición sea cada vez mayor.

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”
1 Corintios 15:58


Mantente velando cada día en oración y reflexión bíblica.

“Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.”
1 Tesalonicenses 5:4-8



En conclusión...
Necesitas mantener viva la convicción de la REALIDAD ETERNA de Dios, de la VERACIDAD de sus promesas reveladas en la Biblia, de tu MISIÓN sobre la tierra, de tu IDENTIDAD celestial y tu DESTINO eterno.
Necesitas mantener tus “ojos” y “oídos” espirituales muy abiertos.

“Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas”
Lucas 12:35





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