martes, 19 de abril de 2016

CUANDO COMIENCES A DUDAR...


Cuando comiences a dudar...

Acuérdate de todas las veces en las que has “visto” y “oído” a Dios por medio de la reflexión bíblica. Acuérdate como recibiste para ocasiones específicas esa Palabra oportuna que estabas necesitando. Acuérdate de las confirmaciones tan claras y específicas que recibiste.     Cuando comiences a dudar dedica más tiempo a la reflexión bíblica, para que su acción viva y eficaz te muestre la realidad de un Dios vivo que está pendiente en medio de todas tus circunstancias.



Cuando comiences a dudar...

Acuérdate de las intervenciones milagrosas, oportunas, inesperadas e inusuales de Dios en medio de tus acontecimientos, cuando humanamente hablando no había ninguna posibilidad de solución.     Cuando comiences a dudar acuérdate que nada en tu vida te ha sucedido por suerte (en estos instantes lo estás comprobando); si ves hacia atrás puedes apreciar con claridad la “huella” del poder sobrenatural de Dios y de su soberanía; acuérdate de aquellas oraciones que fueron respondidas cuando habían “cero posibilidades”.     Cuando comiences a dudar no razones con Dios, pues sus acciones están más allá de todo patrón lógico, más allá de la línea del tiempo, más allá de las limitaciones humanas.



Cuando comiences a dudar...

Recuerda que hasta este momento nada te ha faltado a pesar de no merecerlo; recuerda que todo lo que eres y tienes no te ha sido concedido por tus méritos y capacidades personales. Has comprobado que todo lo que has recibido supera tus expectativas personales.     Cuando comiences a dudar, recuerda como a pesar de verte rodeado (a) por tus limitaciones internas y externas has salido adelante. Haz un recuento que todo lo que ahora eres y tienes por pura gracia.     Cuando comiences a dudar, no olvides que si hasta este momento Dios te ha sostenido, así también lo hará a lo largo de tu permanencia en la tierra.




Has “visto” y “oído” a Dios de sobra, no tienes excusas para volver a dudar. Recapacita en lo que acabas de leer. (Otra muestra más que Dios sí sabe cómo te sientes hoy)

“Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis”
Lucas 10:23






TWITTER.

@JAlfredoLievano 

No hay comentarios: