¡DEJA DE JUGAR CON FUEGO!

Dios conoce tu futuro, por eso te advierte claro y de diversas maneras sobre la importancia de no dejarte seducir por los “espejismos”.  Es necesario que tengas la firme determinación de no seguir consintiendo esa tentación creciente y atractiva a tus sentidos que te asedia y rodea continuamente. Se trata de darle un ¡NO ROTUNDO y DEFINITIVO!     Piensa en las consecuencias nefastas que esto traería para ti y para el resto de tu familia. Realmente no vale la pena que todo eso que habías logrado, se eche a perder. No vale la pena que te esclavices a ese dañino espejismo...      ¿Acaso no te bastó una vez? Acuérdate de las amargas consecuencias que te afectaron en aquella ocasión, las angustias y lágrimas. Aun estás a tiempo, pero de ti dependerá apagar el incendio que ahora se inicia, después te será muy difícil...

¡Deja de jugar con fuego!

Aun estás a tiempo para apagarlo.

En tus fuerzas humanas no puedes.

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”

Mateo 26:41

Invierte más tiempo para velar en la reflexión bíblica y en la oración.

En serio...

¡Lo necesitas!

Necesitas discernimiento, fuerza y determinación para no continuar con ese juego que aparenta inocencia...

Pídele al Señor que te libre de caer en esa tentación que continuamente toca tu puerta.

“Y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal”

Mateo 6:13

Si quieres que Dios te ayude, entonces deja de jugar con fuego y abandónate bajo su GRACIA incondicional...     bajo su MISERICORDIA continua...     bajo su PODER sobrenatural...     bajo su sabia SOBERANÍA...

Dios ha estado activamente presente en medio de todos tus acontecimientos (lo has comprobado), así también cuidará de ti ahora y todos los días de tu vida, tomará todas las medidas oportunas para prevenirte de cualquier situación que amenace hundirte para siempre.

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento...     Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida...”

Salmo 23:4,6

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