La característica
inconfundible de todo cristiano es la disposición espontánea de servir por amor
al prójimo, es decir, a toda persona próxima a nosotros. “En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros.” Juan 13:35.
Servir por amor al
prójimo es dejar
de enfocarnos en nosotros mismos para enfocarnos hacia los demás.
Servir por amor al
prójimo es buscar el bien, incluso de aquellos que nos hacen
daño.
Servir por amor al
prójimo es hacer con los demás como queremos que
hagan con nosotros...
Servir por amor al
prójimo es no esperar nada a cambio por nuestras acciones...
Servir por amor al
prójimo es tener los mismos sentimientos de Cristo.
Necesitamos romper con
la tendencia pecaminosa del egoísmo, el rencor y la indiferencia; es obvio que en nuestras capacidades no podemos hacerlo, sino a través
del poder sobrenatural del Espíritu Santo obrando EN nosotros. No se trata de
un fruto natural, sino espiritual. “Mas el fruto del Espíritu es amor.” Gálatas 5:22.
Cuando el amor cristiano es lo que controla
nuestra vida tomamos la actitud espontánea de siervos y administradores de Dios
en función de nuestro prójimo, entendemos el
propósito fundamental por el que vivimos, tenemos la certeza que NADA es
nuestro y que TODO es de Dios. “Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las
naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero
no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre
vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero,
será siervo de todos.” Marcos 10:42-44.
Somos llamados por Dios
a ser sus siervos y administradores en el mundo.
Él sabe perfectamente que no somos capaces para desarrollar tan privilegiada
labor, conoce nuestros puntos débiles y fuertes, conoce todas las limitaciones
internas y externas; esa es la razón por la que nos ha estado capacitando a lo
largo de todos estos años aunque no comprendamos sus procesos. “Estando persuadido
de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta
el día de Jesucristo.” Filipenses 1:6. Descansa con seguridad en el proceso
formativo que Dios te aplica, para hacer de ti un siervo y administrador fiel
en el entorno donde te ha colocado.
“Así, pues,
téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los
misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno
sea hallado fiel.”
1 Corintios 4:1-2
TWITTER.
@JAlfredoLievano
No hay comentarios:
Publicar un comentario