El poder y la soberanía
de Dios hacen que su revelación escrita llegue intacta hasta nuestros días sin
margen de error o engaño. Su Palabra
tiene la garantía de ser fiel, veraz y oportuna. “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de
hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”
Números 23:19.
Al hacer un estudio
profundo del Antiguo Testamento, vamos descubriendo en muchísimos textos como
se habla veladamente por medio de hechos, símbolos, tipos y profecías sobre un
Redentor y su sacrificio a favor de la humanidad.
“Porque la ley,
teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas,
nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año,
hacer perfectos a los que se acercan”. Hebreos
10:1. Ya en el Nuevo Testamento el velo se
descorre para mostrarnos su cumplimiento completo en la persona y en la obra de
nuestro Señor Jesucristo, quien a la vez lo aclara todo con su enseñanza. “Y les dijo:
Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era
necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés,
en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que
comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario
que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día” Lucas 24:44-46.
En la actualidad, El Señor
Jesucristo nos aclara el contenido de la revelación bíblica por medio de la acción
sobrenatural del Espíritu Santo sobre nuestro entendimiento. “Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará
todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26. Su contenido
supera toda explicación racional, por lo que es necesario despojarnos de toda
estructura lógica y creer con la fe sencilla de los niños; entender las
verdades absolutas bajo su óptica. “Pero el hombre natural no percibe las cosas
que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1 Corintios 2:14.
Tenemos en nuestras
manos el preciado tesoro de la Palabra de Dios; y a medida que nos sumerjamos
en su estudio y reflexión guiada por el Espíritu Santo, obtendremos la certeza
de su verdad y escucharemos con claridad su voz en lo más profundo de nuestro
interior. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante
que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón.” Hebreos 4:12.
Ciertamente...
Dios ha hablado.
“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito
Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.”
Juan 1:18
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@JAlfredoLievano
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