No tenemos “de qué” jactarnos, ya que todo lo que somos o tenemos no
viene de nosotros, sino que nos ha sido otorgado por GRACIA de Dios: todo es de
él, nada nos pertenece como propio.
Dios nos da lo que no
merecemos; nuestros méritos y acciones nos reprueban delante de él. Nos da lo que no merecemos, comenzando
por la Salvación en Cristo. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” Efesios 2:8-9. Es necesario
tener siempre presente esta acción continua de su misericordia; sobre todo al confrontamos
con circunstancias adversas y debilidades que constantemente pretenden
dominarnos. “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona
en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” 2 Corintios 12:9.
Además hemos de recordar a cada instante, que es de Dios quien viene la fuerza
para que superemos las adversidades y tentaciones, las capacidades para
realizar nuestras tareas diarias, los dones espirituales que nos habilitan para
servirle, los recursos que ahora disponemos y recibiremos más adelante. Dios es la fuente de toda bendición. Es
por su GRACIA que orienta todos nuestros acontecimientos y pone a las personas
adecuadas para que sus propósitos eternos se cumplan con exactitud. Es por su
GRACIA que nos da la capacidad para ser fieles administradores de lo que “ha
puesto” en nuestras manos.
Todo cuanto Dios nos da
por GRACIA no es con fines egoístas;
todo ha sido puesto en nuestras manos para que sea administrado responsablemente
para nuestras necesidades y para las de nuestro prójimo, pero también para que
sean dirigidas en la difusión de su mensaje al mundo que nos rodea. Consagrémosle todo lo que nos ha concedido por
su GRACIA; y él nos dará la convicción, la sabiduría, la determinación, la
solidaridad y la constancia, para que nada de cuanto hayamos recibido se eche a
perder.
Se avecinan tiempos en extremo difíciles para el mundo como consecuencia
de la maldad deliberada que en él se practica; pero en medio de ellos la GRACIA
de Dios estará fielmente procediendo a nuestro favor. “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto
delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque
tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre... Por cuanto has guardado la palabra de mi
paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre
el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” Apocalipsis 3:8,10.
LA GRACIA
DE DIOS ES
SUFICIENTE...
Descansemos en sus favores inmerecidos... Descansemos
en la acción transformadora que produce ahora en nuestros pensamientos,
emociones y deseos... Descansemos
desarrollando con gozo la misión encomendada... Descansemos
en su protección continua en medio de las adversidades y tentaciones... Descansemos
en su provisión aun hasta en el más árido de los desiertos... Descansemos
en su Palabra oportuna, constante, fiel y verdadera... Descansemos
en su Salvación...
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@JAlfredoLievano
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