Dios se te ha manifestado con claridad por medio
de la reflexión bíblica. No tienes excusas para dudar de su realidad, de su
poder, de su soberanía y su fidelidad. Dios te ha hablado claro, excusas sobran. Evidencias
las tienes, nada menos este día las tuviste; por lo tanto deja ya de buscar
explicaciones lógicas ante su luz sobrenatural y escrutadora. No sigas dudando, no permitas que tu necedad
te abra las puertas a la oscuridad.
Fíjate bien, siempre que has dedicado espacio
para reflexionar en la Palabra de Dios, has recibido confirmaciones
contundentes y oportunas. No creo que eso se trate de felices casualidades... ¡Imposible!
Dios te ha
hablado claro. No permitas que tu
razón te domine. Cree contra toda lógica y da por hecha su palabra aunque todos
aseguren lo contrario; recuerda que las influencias oscuras que envuelven al
mundo son constantes, fuertes, peligrosas, malévolas, progresivas y “convincentes”. Pídele a Dios que abra tus oídos para
que puedas digerir sus palabras... Pídele a Dios que abra tus ojos para
que puedas ver más allá de las densas nubes oscuras que se levantan a tu
alrededor... Pídele a Dios que suelte tu lengua para que seas capaz de
testificar de su verdad en todas partes...
Pídele a Dios que conduzca
tus pasos en obediencia radical a su voz...
Dios te ha
hablado claro. No pierdas la noción de su realidad; por eso es necesario que
perseveres en la reflexión bíblica para que sus palabras vivas y eficaces
saturen todas las áreas de tu vida. “Porque la
Palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que espada de dos filos;
penetra hasta la separación del alma y espíritu, articulaciones y médula, y
discierne sentimientos y pensamientos del corazón” Hebreos 4:12.
¡DIOS
TE HA HABLADO CLARO!
Puedes
decir ahora con plena certeza:
“Tu
Palabra es verdad”
Juan 17:17
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