Las circunstancias adversas
que ahora te envuelven son como un fuerte
viento que amenaza derribarte... son
como un árido desierto en el que no encuentras lo que necesitas urgentemente... son como un calabozo oscuro en el que no ves
nada claro para tu futuro... son como
pesadas puertas que están completamente cerradas.
Las circunstancias
adversas que ahora te envuelven te impiden
discernir la voz de Dios revelada en su Palabra y ver más allá de tus
expectativas; hacen que siempre antepongas tu lógica y procedas
desesperadamente provocando consecuencias peores.
Las circunstancias
adversas que ahora te envuelven son amenaza constante
y progresiva para tu FE, pues alimentan tu incredulidad. ¡Mucho cuidado!
Necesitas entender que es en medio de estas circunstancias donde aprendes
a creer en la capacidad sobrenatural de Dios y en su fidelidad; son ellas la “escuela
en donde se desarrolla la fe”. El autor de la carta a los hebreos escribe lo
siguiente: “Es,
pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve... Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador
de los que le buscan”. Hebreos 11:1,6.
Aprendes a creer enfrentando las tempestades, avanzando en medio de áridos
desiertos y permaneciendo en calabozos oscuros sin salida. Aprendes a creer
cuando tienes la certeza que Dios hará más allá de lo que imaginas.
No olvides que mientras
vivas en este mundo la incredulidad persistirá en retar tus convicciones en la
Palabra de Dios; para superar este reto será
necesario dar pasos de fe y obediencia en contra de todo pronóstico favorable. Esfuérzate
por alcanzar lo inalcanzable, Dios hará lo que no puedas hacer; ciertamente
tendrás su respaldo total, pero da tú el primer paso... “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no
temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que
vayas”. Josué 1:9
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@JAlfredoLievano
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