jueves, 22 de octubre de 2015

LOS PRIVILEGIADOS DE DIOS.


Dios te acercó a él por medio del sacrificio que Cristo ofreció en la cruz por todos tus pecados.   Esta obra suficiente y completa realizada por él, es la que se conoce como la “obra de redención”.   Cristo pagó con el derramamiento de su sangre  tu salvación.   No existe en todo el universo otro medio para ser salvos.   Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Hechos 4:12.    Reiteramos que somos salvos por la obra redentora que Cristo hizo en la cruz.   El nuevo testamento está saturado con esta verdad. Veamos algunos ejemplos:   Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo...   en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. Efesios 1:2,7.     ...en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Colosenses 1:14.     Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él Colosenses 1:21-22. Hay, una cantidad enorme de textos similares a estos que nos lo atestigua.   El sacrificio de Cristo en la cruz nos absuelve independientemente a nuestros méritos.   “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Efesios 2:8-9.   Al creer por la fe en la obra redentora de Cristo, entonces no solamente somos regenerados, sino también hechos hijos del Dios Altísimo que somos transformados por el poder sobrenatural del Espíritu Santo.   Veamos algunos textos: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios Juan 1:12-13.     En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa Efesios 1:13.   Creo que son textos que hablan por sí mismos  y que producen paz en el alma.   Paz de sabernos perdonados por Dios, de ser sus hijos y herederos; paz de saber que estamos inmersos en un proceso de santificación para el día de nuestro Señor Jesucristo.   “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” Filipenses 1:6.

Quienes nos hemos acogido a la GRACIA INCONDICIONAL de Dios por medio de Jesucristo, los que hemos creído en su obra redentora a favor nuestro, los que nos hemos abandonado incondicionalmente en sus manos somos privilegiados.   Somos los privilegiados de Dios.   Que este inmerecido privilegio nos lleve a consagrarnos libre e incondicionalmente para ser sus siervos en el mundo.   “Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”   Colosenses 1:10-14.




TWITTER.
@JAlfredoLievano



No hay comentarios: