Dios te oye y te da la Palabra que necesitas ahora. Cada pensamiento, sentimiento y expresión verbal
que hay en ti es descifrada por él, nada le pasa desapercibido; esa es la razón
por la que siempre te habla en lo que justamente necesitas. No hay duda que gozar de esta incomparable
experiencia elimina de ti todo temor que generan las circunstancias adversas
que te rodean, pues entiendes que la presencia real y continua de Dios te
envuelve siempre. Entiendes que su cercanía no es pasiva, sino activa; entiendes que
sus ángeles son enviados por él en el momento oportuno para que acampen a tu
alrededor y te defiendan.
Este día Dios
te dice “Confía en mi”. Confía en
Dios aunque la tormenta a tu alrededor se haya intensificado y los vientos
contrarios amenacen con hundirte. “¡Tened ánimo; yo
soy, no temáis!”. Marcos 6:50. No trates de resolver los problemas que ya
se salieron de control. Clama a Dios
aunque la tormenta arrecie con fuerza y no veas ninguna solución viable... “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes
y ocultas que tú no conoces”. Jeremías
33:3. Descansa en el
poder sobrenatural y en la sabia soberanía de Dios. No te afanes en aquello que definitivamente
no se puede arreglar bajo ningún recurso humano, descansa... “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” Salmo 46:10. Aun en medio del árido desierto, nada te
faltará. Dilo con toda confianza que
así será. “Jehová es mi pastor; nada me faltará... Aunque ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”. Salmo 23:1,4. No
es casualidad que precisamente este día recibas estos textos bíblicos tan
reconfortantes. Es Dios mismo hablándote
en su Palabra revelada, y así lo continuará haciendo cada vez que abras las
sagradas páginas de la Biblia. A medida que lo compruebes irás
comprendiendo que Dios sí está pendiente de ti, que nada se le pasa por alto. Dios te habla de continuo, así como lo hace
este día; sigue siempre sus instrucciones aunque te parezca difícil cumplirlas,
ya que los resultados de tu fe y obediencia harán que el milagro que esperas se
haga realidad. Procede de acuerdo a sus
indicaciones y no de acuerdo a criterios que se opongan a la voluntad divina;
por eso te dice: “Guarda tu lengua del mal, y tus labios de
hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela” Salmo 34:13-14.
La fe en Dios y
la obediencia a su Palabra, jamás te conducirán a la frustración aunque en este
momento diversas y múltiples aflicciones te envuelvan sin remedio. Aférrate a
esta fiel promesa: “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas
le librará Jehová” Salmo 34:19.
¡CONFÍA EN DIOS!
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@JAlfredoLievano
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