sábado, 15 de agosto de 2015

PROTECCIÓN DE DIOS EN ADVERSIDADES REPENTINAS.

Tú no sabes que adversidades repentinas te sucederán en el FUTURO INMEDIATO.   Todo pasa tan “de repente” que no queda tiempo de reaccionar, y cuando vienes a sentir se producen giros inesperados y radicales en el momento menos pensado.   Todos tus planes caen derribados y tus rutinas cambian.  

Tú no sabes en qué momento puede presentarse alguna adversidad en tu vida, pero Dios sí; y aunque para ti tu futuro sea incierto, para Dios no lo es. Tu futuro descansa bajo su cobertura protectora y proveedora.    Dios ya te tiene todo preparado para cuando esa adversidad repentina llegue.    Repito: YA TE TIENE TODO PREPARADO; tiene preparado el lugar donde llegarás, así como tu protección y provisión.    En lo personal, he aprendido que por muchas precauciones extremas de seguridad que yo tome, de nada me servirá si no dependo del cuidado continuo de Dios; puedes vivir en la zona residencial más segura, viajar en autos blindados, estar rodeado de guardaespaldas, transitar en la calle más apacible de tu ciudad, tener una cuenta bancaria con altos intereses “de por vida”, gozar de garantías constitucionales pero si NO dependes del cuidado continuo de Dios, todo eso de nada te servirá. Toda seguridad humana es altamente vulnerable.   Acuérdate que  “Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmo 127:1)    Ningún dispositivo o estrategia de seguridad son garantizados si no están subordinados bajo la cobertura de Dios.

Cuando tu seguridad depende 100% de la cobertura de Dios no temerás en ponerte bajo sus órdenes incondicionales para IR al lugar asignado y HACER la obra encomendada pues estarás bajo su total cobertura protectora.

Dedica buena parte de tu tiempo para recordar, reflexionar, deleitarte y esperar en las promesas de este salmo:
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación”
Salmo 91


Deseo que esta reflexión haya llegado en el momento oportuno...


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