martes, 27 de enero de 2015

ES NECESARIO SALIR DE LA AGONIA ESPIRITUAL.

¿Qué es la “agonía espiritual’’?

Es un estado en el que los signos vitales del cristiano están a punto de apagarse por completo; es un “estado de coma espiritual” que refleja una total separación de Dios por medio de los frutos de la carne y una vida totalmente contradictoria con lo que se dice creer.

“Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”
1 Juan 1:6

“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas...”
Gálatas 5:19-21


Como diría nuestro Señor Jesucristo, “Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20).
Cada cristiano, si es sincero, sabrá reconocer que tipo frutos está dando. Cada quien sabe cómo se encuentra su estado de salud espiritual.  Cada quien sabe cómo están sus signos vitales en su vida cristiana. Cada quien sabe si en realidad está a punto de morir espiritualmente hablando o si ya murió.

Es posible que algunos cristianos que leen esta reflexión presenten un cuadro crítico de esta manera. Saben que no están bien, y que día a día reflejan una sintomatología crónica en su salud espiritual. Es posible que algunos estén saboreando ya las consecuencias progresivas y amargas de esa situación en la que se encuentran. Ahora, en este día, Dios te recuerda que es necesario ponerle fin a este proceso destructivo para ti y para los miembros de tu familia. ¿Qué hacer?...

Ante todo necesitas recordar que no existe ningún método humano que pueda levantarte. La “medicina revitalizadora” que necesitas viene del cielo no de la tierra; viene de Dios no de la tierra.
Es inútil que emplees todos los esfuerzos para salir de este estado, porque de nada te servirá. Es inútil que te hagas propósitos firmes en tus fuerzas o haciendo buenas obras porque más frustración encontrarás. No es en tus fuerzas ni en tus méritos.

Lo primero que necesitas hacer para salir de esta agonía espiritual, es poner tu fe en la obra perfecta que Jesucristo hizo en la cruz por ti.
El primer paso es reconciliarte con Dios, es reconocer que pecaste y confesar tus culpas delante de él, es necesario que recibas su perdón incondicional por medio de su sangre que te limpia de toda maldad.

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
1 Juan 1:8-9

El primer paso es recibir el perdón incondicional de Dios para que el proceso de restauración comience a operarse en todas las áreas de tu vida.
Dios no te echará en cara lo que hiciste, él mira y entiende tu corazón dispuesto para reiniciar un nuevo estilo de vida basado en sus pautas.

“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas...   Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.”
Isaías 43:18,25


La reconciliación con Dios es el punto de partida para iniciar el proceso de revitalización plena que se reflejará por medio de los frutos del Espíritu:

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Gálatas 5:22-23

Espontáneamente reflejarás todos estos frutos en medio de todas las circunstancias de tu vida; pero para ello es necesario NO estorbar el proceso de revitalización que el Espíritu de Dios haga en ti. No olvides que tu carne “exigirá sus derechos” por medio de las tentaciones que enfrentes. Las tentaciones son como los virus que amenazarán el desarrollo de tu salud espiritual, y por eso es necesario enfrentarlos por medio de la oración y la reflexión bíblica. Son los anticuerpos para frenar todo tipo de tentación.

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”
Mateo 26:41


“Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada (La Palabra de Dios), para que por ella crezcáis para salvación.
1 Pedro 2:1-2

Por medio de la oración y la reflexión bíblica tus pensamientos, emociones y voluntad se revitalizan con la acción sobrenatural del Espíritu Santo; por eso es importante no descuidar ese tiempo diario a solas con Dios. Debes proponerte levantarte una hora antes de iniciar tus actividades diarias, para dedicar ese tiempo especial y renovador. Al mantener viva tu relación con Dios, estarás evitando el proceso de la agonía espiritual y sus atroces  consecuencias.

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José Alfredo Liévano
Twitter.  @JAlfredoLievano  


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