Dios te ha demostrado a través de experiencias pasadas, que él es capaz de restaurar lo que no sirve. Lo has visto por medio de testimonios de otras personas o por experiencia propia.
¡Acuérdate!
No hay razones para que dudes de la capacidad de Dios aunque ahora mismo, todo esté extremadamente podrido.
Ahora, hay situaciones en las que ya no hay ningún tipo de salida.
De manera insignificante todo comenzó a entrar en un proceso de destrucción progresiva al grado tal que ya no encontraste ningún remedio, ninguna solución; y ahora estás “con el agua hasta el cuello”. Sean situaciones matrimoniales, familiares, laborales o financieras.
Todo se pudrió.
Nada se puede hacer.
Así como Lázaro, cuando ya estaba podrido en la tumba, así también te encuentras ahora. (Lee la historia completa en Juan 11:1-45 y aplícala a tu vida)
Has llegado al punto máximo de tu imposibilidad e incapacidad, en que no te queda más que depender del PODER y la MISERICORDIA de Dios.
Realmente ya no te queda de otra.
Todo se pudrió.
Nada se puede hacer.
Ahora no te queda más que...
CREER y CLAMAR...
CLAMAR y CREER...
CREER y CLAMAR...
Tu fe depende del clamor, y tu clamor depende de tu fe.
¿Quieres ver el poder de Dios manifestarse sobre lo que ya se pudrió?
Entonces medita en las palabras que nuestro Señor Jesucristo te dice ahora:
¿No te he dicho que si crees, verás la Gloria de Dios?
Juan 11:40
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