lunes, 26 de noviembre de 2018

AFERRATE A DIOS.


Estamos acostumbrados a relacionar las riquezas terrenales con el dinero y posesiones materiales, lo cual es muy cierto; pero existen también otro tipo de riquezas intangibles a las cuales tendemos a aferrarnos, tales como los afectos humanos, la belleza externa, la juventud, la salud entre muchas.

Es necesario recordar que sobre todas estas “riquezas” efímeras,  está Dios, el creador y sustentador de todo lo que existe.

Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán. Los hijos de tus siervos habitarán seguros, y su descendencia será establecida delante de ti

Salmo 102:25-28


¡Aférrate a Dios!
¡Al único que permanece para siempre!

No pongas tu seguridad, gozo y esperanza en las riquezas terrenales, que aunque muchas son lícitas, producen graves daños en el alma llevándola a depresiones profundas; no te aferres a lo que en un solo momento puede dejar de ser, a lo que se desvanecerá.

Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre

Isaías 40:6-8


El único tesoro que debes guardar en tu corazón, es la enseñanza de Jesucristo; tal enseñanza producirá intenso gozo, paz y seguridad en tu corazón; hará que le encuentres un genuino sentido a la vida y te llevará a establecer genuinas prioridades.

Aférrate a la enseñanza de Jesucristo; es lo único que perdura a través de todos los siglos y por toda la eternidad.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán
Marcos 13:31






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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!


Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra
Hechos 13:47.


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