Estamos
acostumbrados a relacionar las riquezas terrenales con el dinero y
posesiones materiales, lo cual es muy cierto; pero existen también otro tipo de
riquezas intangibles a las cuales tendemos a aferrarnos, tales como los afectos
humanos, la belleza externa, la juventud, la salud entre muchas.
Es necesario
recordar que sobre todas estas “riquezas” efímeras, está Dios, el creador y sustentador de todo
lo que existe.
“Desde el
principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos
perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se
envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el
mismo, y tus años no se acabarán. Los hijos de tus siervos habitarán seguros, y
su descendencia será establecida delante de ti”
Salmo 102:25-28
¡Aférrate a Dios!
¡Al único que permanece para siempre!
No pongas tu
seguridad, gozo y esperanza en las riquezas terrenales, que aunque muchas son
lícitas, producen graves daños en el alma llevándola a depresiones profundas;
no te aferres a lo que en un solo momento puede dejar de ser, a lo que se desvanecerá.
“Toda carne es
hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se
marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es
el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios
nuestro permanece para siempre”
Isaías 40:6-8
El único tesoro
que debes guardar en tu corazón, es la enseñanza de Jesucristo; tal enseñanza producirá
intenso gozo, paz y seguridad en tu corazón; hará que le encuentres un genuino
sentido a la vida y te llevará a establecer genuinas prioridades.
Aférrate a la
enseñanza de Jesucristo; es lo único que perdura a través de todos
los siglos y por toda la eternidad.
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán”
Marcos 13:31
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque
así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las
gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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