Nuestro Señor
Jesucristo manda que los cristianos estemos preparados porque no sabemos cuándo
será nuestro encuentro definitivo con él.
“Pero del día y la hora nadie sabe, ni
aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre... Por
tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la
hora que no pensáis”
Mateo 24:36,44.
¿Cómo
estar preparados?
Invirtiendo en
los bienes eternos; esto es cultivando siempre nuestra vida espiritual por
medio de la oración y la meditación de la Palabra de Dios.
Practicando la vida
de santidad; esto es apartándonos de todo aquello que estorbe nuestra comunión
con él.
Sirviendo por
amor a nuestro prójimo.
Divulgando el
mensaje del Evangelio por todos los medios posibles.
“Mirad también por vosotros mismos, que
vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de
esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo
vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues,
en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas
cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”
Lucas 21: 34-36.
Es necesario
que vivamos en una conexión continua con Dios para no perder la noción de su realidad,
de nuestra identidad espiritual, de nuestra misión aquí en la tierra y nuestro
destino eterno; estamos en la tierra “de
paso”. No hay ningún pretexto para que nos aferremos a los placeres
temporales o a los bienes materiales.
“Poned la mira en las cosas del arriba;
no en las de la tierra”
Colosenses 3:2.
Todo
se quedará aquí.
Todo
será consumido.
Todo
por lo que la humanidad luchó se perderá.
Lo
que se invirtió durante siglos dejará de ser.
No
pertenecemos a este mundo.
PREPAREMONOS PARA LA
ETERNIDAD...
“Pero el día del Señor vendrá como
ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los
elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay
serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no
debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y
apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose,
serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros
esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora
la justicia.
2 Pedro 3:10-13.
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José Alfredo Liévano.
PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano
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