viernes, 28 de octubre de 2016

PREPAREMONOS PARA LA ETERNIDAD...


Nuestro Señor Jesucristo manda que los cristianos estemos preparados porque no sabemos cuándo será nuestro encuentro definitivo con él.

“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre...      Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”

Mateo 24:36,44.



¿Cómo estar preparados?

Invirtiendo en los bienes eternos; esto es cultivando siempre nuestra vida espiritual por medio de la oración y la meditación de la Palabra de Dios.

Practicando la vida de santidad; esto es apartándonos de todo aquello que estorbe nuestra comunión con él.

Sirviendo por amor a nuestro prójimo.

Divulgando el mensaje del Evangelio por todos los medios posibles.

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”

Lucas 21: 34-36.



Es necesario que vivamos en una conexión continua con Dios para no perder la noción de su realidad, de nuestra identidad espiritual, de nuestra misión aquí en la tierra y nuestro destino eterno; estamos en la tierra “de paso”. No hay ningún pretexto para que nos aferremos a los placeres temporales o a los bienes materiales.

“Poned la mira en las cosas del arriba;
no en las de la tierra”

Colosenses 3:2.



Todo se quedará aquí.

Todo será consumido.

Todo por lo que la humanidad luchó se perderá.

Lo que se invirtió durante siglos dejará de ser.

No pertenecemos a este mundo.



PREPAREMONOS PARA LA ETERNIDAD...

“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.

2 Pedro 3:10-13.



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José Alfredo Liévano.

PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano

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