El mensaje de la Palabra de Dios jamás será bienvenido para aquellos que la desobedecen; por eso, es que buscan siempre la manera de tapar la boca de quienes la proclaman utilizando diversos métodos, incluso la muerte. Ya Jesús lo había advertido.
Si el mundo los odia a ustedes,
sepan que a mí me odió primero.
Jn 15,18
Si ustedes fueran del mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya no son del mundo.
Jn 15,19
Acuérdense de esto que les dije... Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; y si han hecho caso de mi palabra, también harán caso de la de ustedes.
Jn 15,20
Habrá oposición por ser fieles seguidores y servidores del Señor. Hemos de estar conscientes de ello...
Todos los que quieren llevar una vida piadosa en unión con Cristo Jesús sufrirán persecución
2 Tim 3,12
A lo largo de la historia de la Iglesia, hemos visto a muchos mártires que llegaron hasta las últimas consecuencias por permanecer fieles a las enseñanzas del evangelio. Que sean ellos nuestro ejemplo motivador para seguir adelante en el llamado que nuestro Señor nos ha hecho.
Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.
Mt 5, 11-12
Oremos para que el Poder transformador del Espíritu Santo inunde por completo todas las áreas de nuestra vida para que procedamos con convicciones firmes en las enseñanzas del evangelio, para que procedamos con sabiduría ante cada circunstancia debamos enfrentar, para que avancemos con fuerza y valentía en contra de la corriente del mundo.
¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte violenta? Como dice la Escritura: Por causa tuya estamos siempre expuestos a la muerte; nos tratan como a ovejas llevadas al matadero. Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!
Rm 8,36-39
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