Dios te protege ante los peligros inminentes que continuamente te amenazan.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza;
nuestra ayuda en momentos de angustia.
2 Por eso no tendremos miedo,
aunque se deshaga la tierra,
aunque se hundan los montes en el fondo del mar,
3 aunque ruja el mar y se agiten sus olas,
aunque tiemblen los montes a causa de su furia.
Salmo 46,1-3
Descansa en la protección continua de Dios, es necesario que sus planes para contigo se realicen al pie de la letra.
Ustedes no se preocupen,
que el Señor va a pelear por ustedes.
Ex 14,14
Necesitas tener la plena certeza que en medio de todos tus acontecimientos, la cobertura de Dios te envuelve. No importa como estés y donde estés, él te hará resurgir a pesar de toda amenaza.
El que vive bajo la sombra protectora
del Altísimo y Todopoderoso,
2 dice al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»
Salmo 91, 1-2
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