Dios te ha hablado con abundancia de palabras, siempre has recibido lo que necesitas oír para el momento justo. Por lo tanto: No menosprecies sus enseñanzas ni dudes de sus promesas. "Si oyen hoy su voz, no endurezcan sus corazones" (Heb 4,7)
Siempre tendrás de parte de Dios la Palabra que necesites y te cumplirá lo prometido aunque no veas ninguna posibilidad a tu alcance... "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro..." (2 Pedro 1,19)
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