La Palabra de Dios es la única instrucción sólida y eficaz para el alma, por lo que es necesario llenarnos de su contenido para que nuestra fe se fortalezca, para que sepamos como proceder ante cada situación que la vida nos demande y para que en todo momento tengamos siempre presente al Señor en todo lo que hagamos
AMEMOS LA INSTRUCCIÓN, AMEMOS LA SABIDURÍA
Hemos de estar dispuestos para "oír" la voz de Dios mediante la reflexión de su Palabra, dediquemos un tiempo cada día para hacerlo; siempre llegará la palabra justa para el momento oportuno.
Que la instrucción diaria de la Palabra de Dios sea una verdadera delicia para nuestra alma. "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos... sino que en la ley del Eterno Dios está su delicia, y en su ley medita de día y de noche; será como árbol junto a corrientes de agua, que da fruto a su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará" (Salmo 1, 1-3)
No hay comentarios:
Publicar un comentario