Nuestros días sobre la tierra están limitados por el tiempo; y así como en su momento tuvimos un inicio, también tendremos un final inevitable.
Nuestros proyectos son limitados, y muchos de ellos finalizan con nuestra existencia terrenal; otros continúan en manos de las siguientes generaciones hasta desaparecer. La verdad es que todo en su momento tiene su fin. "Sécase la hierba, marchítase la flor, más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre" (Isaías 40,8)
Todo aquí en la tierra es caduco y limitado. "¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece" (Sant 4,14). Solo Dios permanece.
Nuestros proyectos son limitados, y muchos de ellos finalizan con nuestra existencia terrenal; otros continúan en manos de las siguientes generaciones hasta desaparecer. La verdad es que todo en su momento tiene su fin. "Sécase la hierba, marchítase la flor, más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre" (Isaías 40,8)
Todo aquí en la tierra es caduco y limitado. "¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece" (Sant 4,14). Solo Dios permanece.
Dios vive desde siempre y para siempre, y todos aquellos que vivamos unidos a él por medio de Jesucristo, tendremos la dicha de vivir por los siglos de los siglos junto a él. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Jesucristo), para que todo aquel que en él crea no se pierda, más tenga vida eterna" (Jn 3,16)
Todos los caminos terrenales siempre tendrán su inicio y su final, únicamente hay un camino eterno que nos conduce hacia la vida plena que no finaliza jamás: Nuestro Señor Jesucristo "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre si no es por mí" (Juan 14,6)
UNIDOS CON DIOS POR MEDIO DE JESUCRISTO
Al permanecer unidos con Dios por medio de Jesucristo, tenemos la firme convicción que somos sus hijos y por lo tanto sus herederos. "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos" (Rm 8,16-17)
Al permanecer unidos con Dios por medio de Jesucristo, tenemos la firme garantía que viviremos con él para siempre. "Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús vivificará vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en ustedes" (Rm 8,11)
Al permanecer unidos con Dios por medio de Jesucristo, sabemos que al cruzar las fronteras de la muerte, seremos libres de todo sufrimiento y limitación terrenal. "Y no tendrán ni hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos... y enjugará toda lágrima" (Ap 7,16) Por ahora, vivimos en medio de múltiples aflicciones e incertidumbres, pero "todo esto" es nada comparado con lo que nos espera en la eternidad. "Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente, no son comparables con la Gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" (Rm 8,18)
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"VIVIRÁS TRANQUILO, PORQUE HAY ESPERANZA"
(Jb 11,8)
Mientras dure nuestro tránsito terrenal, la presencia eterna, poderosa y soberana del Dios Altísimo caminará siempre con nosotros, tendremos todo lo necesario para que superemos las adversidades que nos presenten. "Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado" (Jb 11,8).
Mientras dure nuestro tránsito terrenal, depositemos en Dios toda nuestra esperanza. "Entonces Señor ¿Qué espero? Mi esperanza está en ti" (Salmo 39,8)
Mientras dure nuestro tránsito terrenal, nada nos faltará. "El Eterno Dios es mi pastor, nada me faltará" (Salmo 23,1)
1 comentario:
Ahora mismo estoy en una celebración y una vez más siento la presencia De Dios incluso en este momento de alegría y diversión...gracias Alfredo por tus palabras que sigo día a día en el trabajo y en casa y donde sea...
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