RESPETO Y SERVICIO

Dios nos ha creado para él, de él venimos y hacia el vamos; es a él a quien le debemos todo lo que somos y tenemos; por eso, nuestro deber es respetarle y servirle en donde estemos o vayamos. "Al Dios Eterno respetarás, a él solo servirás..." (Dt 6,13)

Respetamos a Dios al obedecer los lineamientos que ha establecido de una vez y para siempre. "Pero sean hacedores de la Palabra, y no tan solo oidores, engañándose a ustedes mismos" (Sant 1,22) Es importante que su contenido permanezca arraigado en nuestros corazones "Estas palabras que yo te mando estarán sobre tu corazón" (Dt 6,6)

Servimos a Dios al cumplir con la misión de iluminar constantemente nuestro entorno con su LUZ. "Alumbre su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras, y glorifiquen a su Padre que está en los cielos" (Mt 5,16) Servimos a Dios al proceder con rectitud ante su presencia. "Haz lo bueno y recto ante los ojos del Dios Eterno" (Dt 6,18)

RESPETO Y SERVICIO

La razón de nuestra existencia es para respetar y servir al Eterno Dios, nuestro Creador; y ha sido él quien nos ha colocado en ese lugar, para que llevemos frutos donde así lo ha dispuesto y sin que nadie se le oponga. "No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes, y les he puesto para que vayan y lleven fruto y sus frutos permanezcan..." (Jn 15,16)

Vayamos donde vayamos, estemos donde estemos, respetemos y sirvamos a Dios como él se lo merece "Les ruego que anden como es digno del llamado que fueron llamados" (Ef 4,1); pidámosle que su Espíritu nos haga retoñar desde nuestra incapacidad,  nos haga crecer espiritualmente y nos haga proyectar sus frutos con espontaneidad. "Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza..." (Gálatas 5, 22-23)