El Espíritu Santo hace EN nosotros y POR nosotros lo que somos incapaces de realizar; dependemos continuamente de su acción sobrenatural en las diversas áreas de nuestra vida. Veamos algunas...
Nos capacita para cumplir con la misión que Dios nos ha encomendado sobre la tierra. Porque... "¿Quién está capacitado para una misión así?" (2 Cor 2,16)... NADIE.
Nos capacita para reflejar sus frutos con espontaneidad en medio de toda circunstancia. "El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza..." (Gal 5,22-23)
Nos da la victoria para vencer toda prueba y tentación. "Pues no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Tim 1,7)
Nos capacita para orar conforme con la voluntad de Dios. "El Espíritu nos viene a socorrer, aunque no sabemos pedir como es debido, el Espíritu mismo intercede por nosotros" (Rm 8,26)
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Necesitamos abandonarnos bajo la acción sobrenatural del Espíritu Santo para que se produzcan cambios internos y radicales de vida... para que nos levante de nuestro estancamiento... para que sane nuestras heridas emocionales... para que nos restaure completamente... para que nos impulse a vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
"Les daré un nuevo corazón,
les infundiré un espíritu nuevo"
Ez 36,26
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