AFÉRRATE A LO QUE DIOS TE HA DICHO

Una vez más, Dios te ha confirmado que aquello que le presentaste en oración, fue escuchado por él.

"No temas, porque tu oración ha sido oída". 
(Lc 1,13)

Ten la plena seguridad que Dios sí escuchó tu oración, que tu angustia ante él no pasa desapercibida ni permanece indiferente ante lo que te sucede. Es por ello que puedes decirle con plena certeza:

"Cuando te llamé, me escuchaste, fortaleciste mi ánimo". (Salmo 138,3)

Así es...

Dios conoce al detalle todos los aspectos relacionados con tu historia personal y además "esa circunstancia" que te ha robado la paz.

AFÉRRATE A LO QUE DIOS TE HA DICHO

Deja de escuchar palabras desmotivadoras y aférrate a lo que Dios te ha prometido aunque de momento todo lo veas al revés, aunque las amenazas y los obstáculos permanezcan inamovibles. 

Confía en que el Poder Soberano de Dios te envuelve continuamente.

"Aun antes de que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿Quién lo estorbará". (Is 43,13)

Confía en que la fidelidad de Dios se mantendrá firme, pase lo que pase.

"No te desampararé, ni te dejaré".
(Heb 13,5)

Confía en que Dios será tu defensa ante toda amenaza.

"Cuando pases por las aguas yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti". (Is 43,2)

Confía en que Dios no permitirá que te eches a perder.

"Porque yo sé los propósitos que tengo acerca de vosotros, dice el Eterno Dios, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis". (Jr 29,11)

AFÉRRATE A LO QUE DIOS TE HA DICHO

Sin duda alguna, que las palabras que Dios te ha dicho ahora, te han fortalecido, animado y te dan dado mucha paz. No las olvides, tenlas siempre presentes.

Pon en las manos de Dios tu futuro y tus proyectos.

Descansa en él.

Llénate de su paz.

"Encomienda al Dios Eterno tu camino, confía en él, y él hará". (Salmo 37,5)

Dios ya marcó y definió tu camino.

Nadie te lo obstaculizará.

Nada te destruirá.

En sus manos estás.

Puedes decir con seguridad:

"Mi escudo es el Dios Altísimo".
(Salmo 7,11)

Ten paciencia,

Dios sabe lo que hace.

Sabe como procede.

No te defraudará.

"Y no serán derrotados, ni fracasarán nunca jamás".
(Is 45,17)

No fijes tus ojos en las circunstancias.

Pon la mirada en Dios.

Usa los ojos de la fe.

"Ya que tenemos la mirada puesta en lo invisible, no en lo visible". (2 cor 4,17)

RECUERDA...

Dios está por encima de todo poder humano y sobre toda decisión que pretendan tomar sobre ti. Es él quien abre y cierra puertas, no son las personas a las que les temes.

"Permanezcan quietos y firmes contemplando como el Señor los salva". (2 Cron 20,17)

Aunque ahora no veas nada claro ni favorable, no temas ni te angusties. 

Algo repentino y milagroso hará Dios a tu favor.  

Ya está escrito el día y la hora en que intervendrá, todo sucederá en el tiempo y en el lugar indicado.

Solamente refúgiate y confía en él.

"Confíen en el Señor su Dios, y subsistirán". (2 Cron 20,20)