Muchas
personas orientan su obediencia a Dios por el temor a ser “castigados” o por
enfrentar consecuencias al desobedecer; orientan su obediencia por temor y no
por amor.
¿OBEDIENCIA POR TEMOR?
O...
¿POR AMOR?
Necesitamos
obedecer a Dios, no por el temor a ser castigados, sino como una respuesta espontánea
de amor hacia él.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente... amarás a tu prójimo como
a ti mismo”
Mateo 22:37,39
Quien no ama a Dios, es
porque aun lo percibe como un ser anónimo, impersonal y lejano...
Quien no ama a Dios, es
porque aún no ha tenido una experiencia personal con él por medio de Jesucristo...
Quien no ama a Dios, es
porque aún no ha experimentado la acción transformadora y revitalizadora de su
Espíritu obrando en las diversas áreas de su vida.
AL AMAR A DIOS
Testificaremos espontáneamente
de su amor.
Amaremos espontáneamente
al prójimo.
Perdonaremos a
quienes nos ofenden.
Compartiremos con los
pobres.
Nos mantendremos
firmes.
¿Obedecemos a Dios por amor o por temor?
Evaluémonos ahora ante él.
------------------
José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de
todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
Usa tus redes sociales para ese propósito...
------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario