martes, 22 de enero de 2019

INDIGNOS E INCAPACES.


Al hacernos un autoexamen ante Dios, nos percatamos de lo indignos que somos ante él, de la incapacidad que poseemos para fructificar y de las limitaciones diversas que nos atrapan.

Aquí se cumplen aquellas palabras de nuestro Señor Jesucristo...

Porque separados de mí nada podéis hacer
Juan 15:5




¡INDIGNOS E INCAPACES!
Nuestra realidad ante Dios

De manera natural somos egoístas cuando nuestros intereses individuales se ven comprometidos...

Nos aferramos con desesperación a las seguridades materiales, terrenales y afectivas, olvidando que Dios es quien las suple...

Nos sentimos temerosos ante las circunstancias angustiantes, buscando el amparo en los recursos terrenales...

Somos inestables e inconstantes en nuestra vida cristiana, reflejando una enorme mediocridad en todo lo que hacemos...

No reflejamos un cristianismo genuino, somos como tenues lámparas incapaces de reflejar con potencia la luz de Cristo en el entorno que vivimos...

Persistimos en la incredulidad a pesar de comprobar una y otra vez las acciones poderosas y soberanas de Dios.


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Es entonces, cuando desde esa condición real comprendemos que Dios no nos toma en cuenta en sus proyectos eternos porque seamos dignos o capaces; nos toma en cuenta para manifestar en nosotros su GRACIA, su MISERICORDIA y su PODER.

Al respecto el apóstol Pablo escribe...

Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.

Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor

1 Corintios 1:25-31


¿Qué hacer entonces ante esta realidad innegable?

Reconocernos 100% necesitados de la Gracia de Dios y de su Poder transformador; ponernos bajo su disposición total, para que haga de nosotros poderosas lámparas que proyecten su LUZ hacia todos los rincones de nuestro entorno.

Recordemos...

No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios

2 Corintios 3:5






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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!


Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra
Hechos 13:47.




1 comentario:

Gustavo dijo...

Señor no dejes de mirar por tu pueblo