Comprendemos
que ningún esfuerzo humano nos justifica ante Dios.
Reconocemos nuestra
impotencia absoluta de “ser buenos”
ante Dios y hacia nuestro prójimo.
Reconocemos nuestros
pecados y los confesamos delante de Dios en el nombre de Jesucristo.
Experimentamos
el intenso de dar un giro radical de vida para reflejarla con espontaneidad en
todo momento y lugar.
Descansamos en
el proceso restaurador del Espíritu Santo en las diversas áreas de nuestra
vida, con la plena certeza de que no nos echaremos a perder.
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por
su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio
vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su
gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”
Efesios
2:4-10
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he
puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo
último de la tierra”
Hechos 13:47.
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1 comentario:
Lampara es a mis pies tus mandatos señor..
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