Ante la situación
crítica que te envuelve ahora, tu corazón
se ha saturado de temor, angustia, tristeza e incertidumbre...
La tempestad te amenaza.
La oscuridad te envuelve.
La aridez te cansa.
Abres la
Palabra de Dios; pero en lugar de animarte ante su lectura, la duda te oprime y
como consecuencia cuestionas todas sus promesas. Te asaltan preguntas como...
¿Será posible que salga de “esta”?
¿Será posible que Dios sea real?
¿Será posible que sea cierto?
Entonces...
¡Comienzas a pedir señales!
¿Qué acaso no
te bastan todas las evidencias pasadas que Dios te mostró?... ¿No te acuerdas?... ¿Cómo fue tan específico?... ¿Cómo fue tan detallado?... ¿Cómo fue tan oportuno?... ¿Cómo fue tan convincente?
¡Has tenido suficientes!
¡Acuérdate!
Y para colmo...
Hoy te dio otra más.
¿PIDIENDO SEÑALES?
Es mejor que
dejes de hacerlo, y le creas a Dios; más evidencias no puedes tener... ¡No endurezcas tu corazón a su voz!
“Por lo cual,
como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros
corazones... Mirad,
hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para
apartarse del Dios vivo”
Hebreos
3:7-8,12
----------------------.
José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque
así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las
gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
Usa tus redes
sociales para ese propósito...
------------------
1 comentario:
Gracias Alfredo. Precisamente hoy necesito oír eso...👍
Publicar un comentario