Los juicios que Dios ha
determinado derramar sobre la maldad del mundo, los cumplirá tal y como lo profetizó; sin embargo, pasa el
tiempo y tal parece que nunca sucederán, como que si de un cuento de terror se
tratara para “meterle miedo” a la gente. Generaciones van y vienen, y todo
permanece igual...
Al respecto, el apóstol Pedro escribe en una de sus
cartas...
“Amados, esta es la segunda carta que
os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,
para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los
santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros
apóstoles; sabiendo
primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus
propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas
permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran
voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios
los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por
lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los
cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra,
guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres
impíos.
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que
para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa,
según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros,
no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la
noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis
vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos
para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán
deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
Pero nosotros esperamos, según sus
promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas,
procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz”
2 Pedro 3:1-14
Del texto anterior quiero hacer referencia a tres aspectos
que hemos de tener en cuenta...
Está profetizado que en
los postreros tiempos, habrá burladores que con el propósito de justificar su
pecado, cuestionarán y pondrán en ridículo el regreso de Jesucristo. Los hechos
hablan por sí mismos...
El juicio de Dios será
repentino; cuando menos se espere, su fuego consumirá a los soberbios junto con
todas sus obras de maldad.
Si Dios ha tardado, es
porque le está dando al malvado la oportunidad para que se arrepienta de sus
pecados; sin embargo, vendrá el momento cuando este periodo de gracia expire,
así como sucedió en los días de Noé y en los de Sodoma.
“LOS JUICIOS DE DIOS SON VERDAD,
TODOS JUSTOS”
Salmo 19:9
Si Dios lo
dijo, entonces lo hará; él no se retracta de sus sentencias... ¡Lo determinado lo hará!
Dios
procederá con justicia; hará que cada uno pague de acuerdo a sus obras
malas... ¡No tolerará la impunidad!
“Dios ha establecido un día
en el cual juzgará al mundo con
justicia”
Hechos 17:31
Dios sacará
a la luz todo lo malo que se hizo a escondidas y públicamente; toda obra fruto
de la corrupción será destruida desde sus raíces... ¡Nada quedará en pie!
Todo plan
que se haya ejecutado bajo el engaño se echará a perder; y aunque ahora los
corruptos celebren el “éxito” de sus acciones, su celebración se
convertirá en lamento.
La sentencia de Dios es clara y
determinada.
“Vendré a vosotros para juicio”
Malaquías 3:5
“Ay, ay, ay de los que moran en la
tierra”
Apocalipsis 8:3
“Preparados están los juicios para los
escarnecedores, y azotes para las espaldas de los necios”
Proverbios 19:29
“He aquí, viene el día ardiente como
un horno, y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad serán estopa. Aquel
día que vendrá los abrasará, ha dicho el Dios Eterno, y no les dejará ni raíz
ni rama”
Malaquías 4:1
AUN HAY TIEMPO PARA ARREPENTIRSE...
TIEMPO PARA ESCAPAR DEL JUICIO DE
DIOS.
Esto dice el Señor a los rebeldes:
“Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros”
Malaquías 3:7
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque
así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las
gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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