Cuando la
incredulidad se vuelve necedad, estamos hablando de una situación crónica en la
vida espiritual de una persona; a pesar de ver y oír, mantiene sus ojos y oídos cerrados.
Ante esta
realidad dice el Señor...
“El corazón de este pueblo se ha engrosado,
y
con los oídos oyen pesadamente,
y
han cerrado sus ojos;
para
que no vean con los ojos,
y
oigan con los oídos,
y con
el corazón entiendan,
y
se conviertan, y yo los sane”
Mateo 13:15
Esta
reflexión va dirigida a aquellas personas que a pesar de haber sido testigos
del poder soberano de Dios en sus vidas, aún siguen dudando...
UNA
CARTA PARA LOS NECIOS.
Has visto la
realidad soberana y activa de Dios en medio de tus acontecimientos... ¡Y
aun así no crees!
Has oído la
voz de Dios al darte siempre la palabra que necesitas en el momento oportuno... ¡Y aun así no crees!
Eres
“mala tierra” porque no permites que la Palabra de Dios quede arraigada en tu
corazón. Es por tu falta de convicción en las verdades bíblicas que sucumbes ante
lo que sea...
“Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno
oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue
sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino”
“Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la
palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es
de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la
palabra, luego tropieza”
“El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la
palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la
palabra, y se hace infructuosa”
Mateo 13:18-22
Tienes una
“fe” efímera e inconsistente. Crees por un momento, pero cuando entra a
competir tu razonamiento, o te enfrentas contra la prueba y las tentaciones te
olvidas de todo; y esto no puede seguir así...
No sigas
tratando de cuestionar la realidad
trascendente de Dios, sus procesos insondables y sus propósitos eternos...
¡Están más allá de lo que puedes pensar o imaginar!
LA
CAUSA FUNDAMENTAL DE TU NECEDAD
El problema de
esto radica en que tu razón resiste someterse a las verdades absolutas de la
Palabra de Dios; quieres “encasillarlas”, y eso es imposible. Se trata de una
lucha que te cansa, y al final tu razón te dice: “Imposible, no puede ser, es
ilógico”. Al respecto el apóstol Pablo escribe lo siguiente.
“Pero el hombre natural no percibe las
cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente”
1 Corintios 2:14
¿Cómo
vencer la necedad?
En primer lugar debes
reconocer que eres víctima de ella, y que en tus fuerzas no puedes salir de sus
garras; necesitas buscar la ayuda de Dios, para que el “Espíritu de la Verdad”
tome control de tu mente y produzca convicciones firmes de la revelación
bíblica. Necesitas hacer tuya la promesa que nuestro Señor Jesucristo les hizo
a sus discípulos.
“Pero
cuando venga el Espíritu de Verdad,
él os
guiará a toda la Verdad”
Juan 16:13
Necesitas apartarte
de todo aquello que adormezca tu conciencia e invertir más tiempo en alimentar
tu vida espiritual por medio de la oración y la reflexión bíblica; necesitas
crear las condiciones necesarias para que la semilla de la Palabra de Dios haga
de ti una buena tierra.
Al estudiar la
Biblia en un clima de oración te encontrarás con la REALIDAD de Dios
manifestada en Jesucristo, siendo el Espíritu Santo quien ponga convicciones
firmes y sólidas.
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas
tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”
Juan 5:39
Mientras más te
sumerjas en el estudio de la Palabra de Dios, mayor será tu convicción en su
contenido. Es necesario que el Espíritu Santo tome control de tu intelecto para
que se produzcan convicciones firmes.
Tu necedad es
una plaga maligna que te inquieta, te entristece y te hunde; por eso necesitas
buscar el auxilio sobrenatural de Dios. Solo él puede ayudarte, nadie más lo
puede hacer por ti.
Es necesario
que tus ojos y oídos sean abiertos para que puedas discernir la presencia real,
activa y continua de Dios en medio tus circunstancias personales.
NO
VUELVAS A DUDAR...
Nuevamente
Dios te respondió.
Usó
esta carta para hacerlo.
---------------.
José Alfredo
Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN
DIOS.
Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra!
“Porque así
nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a
fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
Usa tus redes
sociales para ese propósito...
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