Has recibido un llamado
especial y privilegiado de parte de Dios.
“Te he puesto
para luz de las gentes a fin de que seas para salvación hasta lo último de la
tierra” Hechos 13:51. Sin
duda, un gran privilegio. Es necesario proyectar la luz de Cristo con todo lo
que eres, con todo lo que tienes hasta donde sea posible.
Dios no te trajo al
mundo para que permanecieras inactivo (a) ni improductivo (a) en su obra. “No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para
que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca” Juan 15:16. Es necesario que vivas para lo que naciste. Quita
de ti todo aquello que te impida iluminar tu entorno, lo que te distraiga, lo
que te impide aprovechar el tiempo, lo que te haga perder la noción de las
verdades eternas reveladas en la Biblia.
Consagra tus manos delante de Dios para que ponga en ellas todos los recursos que
necesitarás en la difusión de su mensaje...
Consagra tus pies para que
sean conducidos hacia donde debas dirigirte y para que te guarde de todo
tropiezo donde vayas... Consagra tu vida entera para los propósitos
eternos de Dios.
No temas por tu seguridad en el desempeño de tu misión, ya que toda protección
y provisión correrán por parte de Dios. “...y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo. Amén” Mateo 28:20.
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@JAlfredoLievano
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