Necesitas la dirección de Dios para no perder el rumbo de tu peregrinar sobre la
tierra, para que tus oídos y ojos espirituales se mantengan abiertos. Esta dirección la encuentras en su Palabra
revelada: La Biblia. “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi
camino... La exposición de tus palabras
alumbra, hace entender a los simples” Salmo
119:105, 130. Es necesario que la asimiles
bajo la acción sobrenatural del Espíritu Santo para ver todos tus acontecimientos
bajo su perspectiva.
Necesitas el alimento de Dios para crecer espiritualmente, para mantenerte fuerte y perseverante en su
voluntad. Este alimento es su Palabra revelada: La Biblia. “No solo de pan vivirá el hombre sino de toda
Palabra que sale de la boca de Dios” Mateo
4:4.
La dirección
y el alimento de Dios están en la Biblia; por eso la necesidad de
consultarla diariamente para recibir la nutrición y el consejo oportuno del
cielo. Además necesitas sabiduría y fuerza para no tomar el consejo de la mayoría,
sino el consejo de Dios. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos
por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:2. Necesitas perseverancia para navegar en la dirección
correcta y contra la opinión de la mayoría. La palabra de Dios se cumplirá
aunque “todo el mundo” trate de evitarlo a toda costa, tome precauciones y luche
para que no sea así. Lo que Dios ha
dicho se cumplirá aunque todos se opongan y no comprendas nada en estos
momentos; cuando el tiempo pase lo entenderás. Lo incomprensible que hoy te sucede va encaminado hacia los propósitos perfectos
y soberanos de Dios. “Y sabemos que
los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien...” Romanos 8:28. Es por eso que ahora más que nunca necesitas
el alimento y la dirección del cielo, para que no te confundas tomando
decisiones erróneas.
Aliméntate
de lo que Dios te dice ahora y sigue su consejo:
“Yo soy Dios, y
no hay otro Dios, y nada semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el
principio, y desde la antigüedad lo que aun no era hecho; que digo: mi consejo permanecerá, y haré todo lo
que quiero... yo hablé, y lo haré
venir; lo he pensado, y también lo haré”. Isaías
46:9-11.
¡Nútrete,
instrúyete y descansa en el Dios Todopoderoso, Soberano Fiel y Verdadero!
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