jueves, 8 de octubre de 2015

ASÍ COMO EN AQUELLA OCASIÓN...


Acuérdate de los acontecimientos que viviste en el pasado...   de aquellos en los que estuviste a punto de echarte a perder...   de aquellos que como mar embravecido arreciaron en tu contra; sin embargo, de manera oportuna y milagrosa Dios intervino.   No había ninguna explicación lógica, pero sucedió.   Acuérdate como Dios te sacó adelante y con la frente en alto.   Definitivamente fue algo que recibiste sin merecerlo.   ¡Cómo se fortaleció tu fe!

Así como en aquella ocasión, Dios lo hará otra vez; pero es necesario que perseveres en la fe, persevera en la convicción que para Dios NADA hay imposible, y que de donde hay cero posibilidades todo te lo puede solucionar a tu favor.   Verás la luz en medio de la más densa oscuridad, tendrás la paz que sobrepasa todo entendimiento.    Necesitas creer ahora que ninguna adversidad prevalecerá contra ti aunque las amenazas se acentúen o sientas que te hundes para siempre.   Persevera orando y esperando con la firme convicción que en medio de esta clase de situaciones la soberanía y el poder de Dios se harán realidad. No te angusties, pues tendrás su ayuda directa, milagrosa y oportuna. Será por su Gracia y su Misericordia.  

Así como en aquella ocasión, recibirás bendiciones que NO mereces y serás librado/a del juicio que en realidad SI mereces. Solamente cree y da los pasos de fe que Dios te está demandando ahora...  


Así como en aquella ocasión...
Dios te defenderá.

“Escudo mío, en quien he confiado”
Salmo 144:2


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