sábado, 11 de julio de 2015

ADQUIRIENDO CONVICCIONES EN LA PALABRA DE DIOS.


Es necesario que los cristianos estemos convencidos del contenido completo de la Palabra de Dios; convencidos de sus enseñanzas y de sus promesas. No se trata de un conocimiento intelectual sino de una experiencia de FE revitalizadora para el alma. Por eso es necesario, que para adquirir este tipo de convicción, tengamos en cuenta 4 actitudes diarias.


ORACIÓN.

Hemos de orar para que el Espíritu Santo ilumine nuestra mente con su LUZ sobrenatural; para que su efecto produzca en ella convicciones sobrenaturales que van más allá de una simple lógica. Cuando Pablo le escribe a los efesios les reitera la eficacia de la oración para alcanzar ese tipo de convicción. “No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,  para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza” (Efesios 1:16-19)


REFLEXIÓN BÍBLICA.

Es necesario que la reflexión bíblica esté acompañada de la oración. Reflexionar en la Palabra de Dios bajo la lógica humana no produce el efecto esperado, es necesario que nuestra mente esté sometida bajo la acción sobrenatural del Espíritu Santo para discernir las verdades reveladas. Antes de leer, estudiar o reflexionar en la Palabra de Dios, es necesario depositar nuestra mente en oración. El apóstol Pablo escribe al respecto: “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:12-14)


RECORDAR.

Algo que estimula nuestra FE, es el hecho de recordar todas las ocasiones en las que Dios nos habló oportunamente por medio de la reflexión bíblica al darnos sus palabras específicas para ese momento; así como también sus intervenciones oportunas en cada capítulo de nuestra historia personal. Son acciones divinas innegables que nos “marcan” para toda la vida; así que, recuerda ahora todas esas veces en la que Dios “te habló”, cuando te dio aquella palabra precisa a tu situación; recuerda también todas aquellas veces en las que intervino oportunamente ante situaciones difíciles o imposibles que ya habías olvidado. Algo similar les ocurrió a los discípulos del Señor, quien les dijo: “¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis? (Marcos 8:18-21) Acuérdate de todas las palabras e intervenciones de Dios a tu favor y verás como tu fe se estimulará.


PERSEVERAR.

Aquí se reúnen las tres actitudes anteriores: oración, reflexión bíblica y recordar las intervenciones de Dios. Recuerda que la perseverancia se prueba en las circunstancias adversas, por eso es necesario mantenerse despiertos en estas tres áreas sin dejarnos influir por los que “duermen”. “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios” (1 Tesalonicenses 5:6)


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Al tener convicciones firmes en la Palabra de Dios, todos los días de nuestra vida quedan “marcados”, no se olvidan...



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