No te compares con los demás...
ERES ORIGINAL...
Para Dios eres especial y te ha
elegido para una gran misión sobre la tierra: DAR FRUTOS.
Cuando nuestro Señor Jesucristo
eligió a sus discípulos dejó muy claro que lo hizo independientemente a sus
méritos y capacidades. “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a
vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto
permanezca”. (Juan 15:16);
de igual manera el apóstol Pablo lo
enfatiza: “Pues
mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni
muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios,
para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para
avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y
lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su
presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido
hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que,
como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:26-31) Por lo
tanto la jactancia y la soberbia quedan fuera. Dios te ha elegido por GRACIA. Dios
te ha elegido para que produzcas frutos para él, justamente en el lugar donde
te ha puesto. Sin embargo, para que este propósito divino se haga realidad y
sea eficaz en tu vida, es necesario que busques constantemente la comunión con
Dios por medio de Jesucristo y permanezcas en ella, por eso es de vital
importancia que alimentes tu vida espiritual por medio de la oración y la reflexión
bíblica diaria. Serán las consecuencias
de esta comunión las que te motivarán a testificar con espontaneidad de su AMOR
incondicional y de proyectarlo por medio
de tus acciones diarias.
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